En su cuarto y último día de visita a México, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, se reunió con el presidente Andrés Manuel López Obrador y representantes del gobierno, a quienes invitó a colaborar para superar la división y la violencia en el país, transitar hacia una laicidad positiva y constructiva, así como para dejar atrás la histórica oposición entre la Iglesia y Estado.
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Por la mañana del lunes 21 de junio, el cardenal tuvo un desayuno con el presidente y, posteriormente, fue nombrado Huésped Distinguido de la Ciudad de México por la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum. Después, se trasladó a la Nunciatura Apostólica para conmemorar el VIII aniversario del pontificado del Papa Francisco, celebración en la que también participó el canciller Marcelo Ebrard Casaubón.
El canciller recordó la visita del Papa Francisco al país, en el 2016, aplaudió su carácter transformador y manifestó que el gobierno de México coincide con su pontificado respecto a poner en primer lugar a los pobres, la búsqueda de la paz y en la defensa de los derechos humanos, entre otros temas.
Por su parte, el cardenal Parolin aprovechó para hacer un llamado al gobierno mexicano a seguir colaborando por el bien común, respetando la contribución que las convicciones espirituales ofrecen a la sociedad:
“La Santa Sede alimenta la esperanza de que ha llegado el momento de un renovado pacto de mutua colaboración, marcado por un profundo respeto de la legítima distinción entre Estado e Iglesia, un pacto basado en el principio de laicidad y que no se entienda hoy este principio como una oposición entre la esfera religiosa y la esfera secular, sino como una necesaria autonomía de compromiso y acción en favor del bien de todos, por eso desde hace algún tiempo se habla de una laicidad positiva”.
Con este evento concluyó la visita del cardenal a nuestro país. Además de la asistencia del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y de otros funcionarios mexicanos, también estuvieron presentes el Arzobispo Primado de México, Carlos Aguiar Retes, y el Nuncio Apostólico en México, Franco Coppola.
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