Durante el rezo del Ángelus de este domingo 29 de agosto, el Papa Francisco reflexionó acerca del Evangelio del día (Mc 7, 1-8; 14-15) y, desde el balcón del Palacio Apostólico, llamó a los fieles a dejar la queja a un lado, así como a no echar culpas a los demás. También, pidió intensificar la oración y el ayuno por la paz en Afganistán.
En su comentario al pasaje evangélico del día, que relata el cuestionamiento de escribas y fariseos a Jesús porque sus discípulos tomaron alimentos sin realizar las tradicionales abluciones, el Santo Padre invitó a preguntarnos por qué el Maestro no le presta atención al seguimiento de estos hábitos rituales.
Así mismo, el Pontífice recordó las palabras que Jesús dijo a la multitud: “no hay nada fuera del hombre que, entrando en él, pueda hacerlo impuro” y que en cambio, es “desde dentro, desde el corazón”. Explicó que para el Señor es importante devolver la fe a su centro, para evitar el riesgo de caer en una religiosidad de apariencia:
“Al fin y al cabo, no son cosas malas, sino buenos hábitos rituales, simples lavados antes de tomar la comida. ¿Por qué Jesús no les presta atención?… La formalidad exterior y no el corazón de la fe: esto es un riesgo. Es el riesgo de una religiosidad de la apariencia: aparentar ser bueno por fuera, descuidando purificar el corazón. Siempre existe la tentación de ‘arreglar a Dios’ con alguna devoción externa, pero Jesús no se conforma con este culto. No quiere lo externo, quiere una fe que llegue al corazón”.
De esta manera, el Papa pidió dejar de pensar que el mal sólo proviene de fuera, ya que esto nos lleva a repartir culpas y a contaminar el mundo con quejas, lo cual no es cristiano y exhortó a acusarnos a nosotros mismos, para comenzar a vencer el mal dentro de uno mismo:
“Jesús nos invita a mirar la vida y el mundo desde el corazón. Si nos miramos por dentro, encontraremos casi todo lo que detestamos fuera”.
Concluyó la oración invocando a la Virgen María, para que nos ayude a purificar nuestro corazón y a superar el vicio de culpabilizar a los demás y de quejarnos por todo.
Por último, lanzó un contundente llamamiento por la paz en Afganistán, pidiendo ayuno y oración, especialmente por las mujeres y los niños, víctimas de la violencia y los atentados de los últimos días. También, dio gracias a quienes siguen ayudando a los necesitados y rezan por el diálogo y la solidaridad en el país.
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