La experiencia de la vida, de la muerte y de la Resurrección
Para los cristianos, estar en la presencia de Dios es la alegría más plena, como nos comparte en esta reflexión el P. Alfonso Arceo López, MG.
Noviembre 29, 2024

Autor: P. Alfonso Arceo López, MG
Cristo nos invita a un estilo de vida que se caracteriza por el compromiso a su Palabra, lo cual implica, como él mismo nos dijo: “Cargar la cruz”, es decir, encarar los retos que la vida nos presenta y que a veces parecen superarnos.
Cristo es muy honesto, ya que no nos atrae prometiéndonos una vida resuelta y cómoda, sino una en la que debemos poner en acción nuestras capacidades porque no está libre de conflictos.
Pero, al mismo tiempo, en medio de la lucha y la superación, seguir a Jesús trae como resultado la experiencia de la alegría, a la cual san Francisco de Asís no dudó en llamar “la perfecta alegría”.
Los Evangelios nos proporcionan las claves para vivir en armonía con Dios, con los demás y con nosotros mismos, de ahí que la santidad viene acompañada siempre de una alegría profunda que nos llena, nos hace descubrir el sentido de la existencia y nos permite experimentar un júbilo especial, impulsándonos a vivir y a superar los momentos difíciles que inevitablemente enfrentaremos.
A propósito de esto, pienso que las imágenes de los santos que nos han sido transmitidas (con sus rostros serios y adustos), no hacen total justicia a lo que en realidad fueron, ya que el encuentro con Jesús tuvo que haber despertado en sus rostros un semblante que evocara plenitud, que transmitiera la experiencia intensamente liberadora que vivieron, porque nadie como un santo o una santa tuvieron que ser bendecidos con el gozo contagioso que produce la cercanía con Dios.
Pero el cristianismo va todavía más lejos al hablarnos de la Resurrección. Después de la muerte, los cristianos esperamos el abrazo del Padre. Estar en la presencia de Dios será el culmen de toda alegría... Se trata de la alegría más plenificante que podamos experimentar. Nadie mejor que san Agustín pudo captar ese momento trascendente al que todos los creyentes debemos aspirar: “Nos hiciste, Señor, para ti y no descansaremos hasta estar contigo”.
Es importante que, como creyentes en Jesús, vivamos esa alegría que tiene su origen en Dios, que nos dejemos impregnar por ella, porque solo entonces viviremos una fe auténtica, capaz de convencer a otros de lo grandioso que es el verdadero camino de la fe.
¡Es momento de apoyar a las Misiones! Contáctenos y contribuya a acrecentar el Reino de Dios: Línea Misionera 800 00 58 100, de lunes a viernes, de 8:30 a 18:00 horas, tiempo del centro
Te podría interesar