Aparece en la cumbre del cerro del Tepeyac, llamando a Juan Diego.
Consuela a Juan Diego y le confirma su misión.
Le pide a Juan Diego recoger flores en su ayate como señal de su aparición.
Cura la enfermedad del tío de Juan Diego y su imagen se manifiesta en el ayate, ante la mirada del obispo.
El zapato apoyado en el centro de la luna negra forma parte de lo que se llama: “paso de danza”.
Representa el cielo y éste cuenta con 46 estrellas, las cuales, forman la constelación del día de su aparición.
Su figura se halla frente al sol y está rodeada por rayos de oro, lo que significa divinidad.
Rostro mestizo, porque es la madre de todos los seres humanos, inclinado como signo de humildad.
Una más clara y otra más oscura, simbolizan el puente entre dos mundos distintos.
El cabello de la Virgen de Guadalupe se encuentra partido a la mitad, bien peinado hacia abajo. Lo que significa, para los indígenas, virginidad.
Es negra porque está a contraluz del sol. Su color complementa, con el de las alas del ángel, los cuatro rumbos del universo.
El estampado de sus ropajes, el nahui ollin, es la representación de la presencia de Dios.
La cinta oscura anudada en la parte superior del vientre anuncia su maternidad.
De color rosa salmonado, representa a la tierra.
Es un cuauhtlatoatzin, que significa: “Águila que habla cosas divinas o preciosas”, pues tiene alas de águila.
Para los españoles es un broche que manifiesta el amor misericordioso de Jesús, signo de su sacrificio máximo por amor.