Los 4 obstáculos de la Evangelización Creativa
Seguramente hay muchos católicos en el mundo con buenas ideas, ¿por qué no es igual el número de buenos proyectos de evangelización?
Julio 11, 2024

Autor: Augusto Coral, Familiólogo, Guadalajara, Jalisco.
Cuando se trata de evangelizar, definitivamente podemos perdernos entre tantos estilos, métodos y carismas, pero ¿será que todos son adecuados? Pienso que cada uno tendrá su propia respuesta; sin embargo, en este pequeño artículo quiero hablarte de cuatro obstáculos de la sana evangelización creativa, que son mucho más comunes y dañinos de lo que pensaba. Estas cuatro situaciones no son solo fruto de mi reflexión, también son mencionadas por algunos expertos en temas de creatividad y evangelización.
1) Dar más importancia al canal que al mensaje
Es muy común que, con la mejor intención del mundo, se busquen métodos innovadores para llevar la Buena Nueva, de hecho, qué bueno que se busquen maneras más creativas de lograrlo; sin embargo, también es común que se termine dando tanto peso a lo asombroso o atractivo del nuevo método, que el mensaje del Evangelio pasa a un segundo plano, o peor aún, en ocasiones solo termina siendo el pretexto para presentar “el nuevo arte o camino para la evangelización”.
Recuerda que el mensaje de Jesús en los Evangelios NO requiere adornos, ya es precioso, novedoso, poderoso y efectivo. No es necesario hacer gran cosa para impactar positivamente en quien escucha con un corazón dispuesto; pero hay otros casos en donde la creatividad sí se vuelve importante, pero no en cuanto a la esencia del mensaje, pues es el mismo, sino en la manera en la que este se presenta. Es ahí donde el Espíritu Santo se convierte en un gran aliado, es esto a lo que san Juan Pablo II llamaba: “Nueva Evangelización”.
¿Cómo saber que esta creatividad en las formas y métodos no cae, precisamente, en las garras de este primer obstáculo? Claramente, Jesús dice: “por sus frutos los conocerán”.
2) Expectativas extremadamente específicas (moldes)
Muchos cristianos anhelamos ser cada vez más como Jesús, y buscamos siempre que nuestra vida sea un reflejo de ello. Esto es bueno, sin embargo, es a través de este ideal que caemos en manos del segundo obstáculo: la inalcanzable expectativa respecto a los otros. Muchas veces terminamos haciendo un molde, consciente o inconscientemente, de cómo las personas tienen que comportarse, mutilando totalmente la autenticidad de quien tanto ama Dios, pues Él mismo nos creó de manera única, totalmente diferentes al resto de la humanidad.
Para evitar caer en este grave error, es importante considerar que nadie tiene que ser una “copia pirata” de nadie, ni siquiera de Jesús o de alguno de los santos de la Iglesia; al contrario, la santidad la han encontrado quienes se han reconocido auténticos, sabiéndose únicos y valiosos ante los ojos de Dios y poniendo al servicio de la Iglesia los dones que les fueron dados.
Por favor, no lo olvides: busca que cada joven sea él mismo, que encuentre su manera más personal y auténtica de relacionarse con Dios y que a través de esa relación, sea Dios quien lo siga purificando para ayudarlo a ser cada vez una versión de sí más santa. Recuerda: mientras más expectativas y moldes ponemos, más mutilamos la creatividad y la autenticidad.
3) Una mente cerrada
Otro obstáculo de la sana creatividad en la evangelización es una mentalidad cerrada, que puede ir de la mano con el primero. Suele pasar que pensamos en que tenemos una buena idea o que el trabajo evangelizador “siempre se ha hecho así”; sin embargo, solo porque algo se realiza igual siempre o porque se me haya ocurrido a mí, no significa que necesariamente es la mejor idea. Existen recursos o herramientas que funcionaron muy bien en el pasado, pero pueden estar totalmente obsoletos en la actualidad, sobre todo al tratarse de las nuevas generaciones, que tienen maneras distintas de pensar y vivir.
Es aquí donde necesitamos ser más astutos, inteligentes y creativos para encontrar esas fórmulas más efectivas para evangelizar en nuestro tiempo. Recuerda estar atento para no aferrarte a tus ideas y métodos; busca tener siempre una apertura al diálogo, a la escucha, a la innovación y a la creatividad, a fin de encontrar esas metodologías y técnicas que pueden estar necesitando los jóvenes en el camino de encontrarse con ese Dios de amor que los está buscando.
4) Perfeccionismo
Para cerrar este conteo, me gustaría hablar sobre el perfeccionismo, un obstáculo silencioso y sumamente latoso, que nos hace pensar: “Las cosas hay que hacerlas perfectas y, si aún no está perfecto, entonces mejor que no se haga”. ¡Cuántas buenas y necesarias ideas se han muerto por este tipo de pensamientos!
Es verdad que, cuando servimos a Dios, hay que estar en constante formación y actualizarse, sin embargo, muchas veces juzgamos nuestro propio trabajo, logrando echarnos para atrás bajo la idea de que “podría estar mejor”, perdiendo así los frutos que podría haber dado.
¿Qué podemos hacer ante este obstáculo? Hay una frase que puede ayudarnos mucho: “Hecho es mejor que perfecto”. Repítela constantemente, establece un tiempo determinado para tu preparación, pide asesoría y, después, acepta el hecho de que siempre se puede mejorar; siéntete satisfecho con saber que ya tomaste en serio el trabajo y déjale un poco de espacio al Espíritu Santo para actuar y cubrir con su gracia las pequeñas carencias que hay en tu manera de evangelizar. Recuerda que “solo Dios es perfecto” y para nosotros, basta con poner nuestros cinco panes y dos peces, dejando que Él, con su gracia, haga el resto del trabajo.
Espero que esto pueda servirte para cuidar el protagonismo del mensaje salvífico de Dios, procurar la autenticidad de tus jóvenes, estar abierto a la innovación y pasar a la acción con algo hermosamente imperfecto.
Te podría interesar