El don de la maternidad
Desde Kenia, el P. Jonathan Cruz Alcalá, MG, nos comparte cómo la fuerza y el amor maternal caracterizan a todas las mamás kenianas y del mundo, y felicita a todas nuestras Madrinas en el Día de las Madres.
Mayo 10, 2025

Autor: P. Jonathan Cruz Alcalá, MG
Desde tierras lejanas, donde el sol por las mañanas se levanta con un color naranja hermoso y por las tardes combina los cielos azules y tonos diferentes, les saludo a todos ustedes, queridos Padrinos y Madrinas de Misioneros de Guadalupe (MG).
Como cada año, mayo está dedicado a la belleza de un don indescriptible, que solo le fue conferido a las mujeres, y que, por gracia divina, el mismo Padre del cielo quiso que su único Hijo tuviera la oportunidad de tenerla: el don de tener una mamá, por lo que celebramos el mes de las madres y el de María.
En la Sagrada Escritura tenemos el conocido pasaje bíblico de la anunciación (Lc 1, 26-38), donde el ángel del Señor se manifestó a la Virgen María y le anunció el mensaje de amor más grande de Dios a la humanidad: que en su ser se gestaría el Salvador del mundo.
Desde entonces, sabemos también por las Escrituras el compromiso con el que María desempeñó el papel de madre, volviéndose la apóstol predilecta por antonomasia. Y aunque cada 10 de mayo las honramos quizá repitiendo las mismas canciones, quiero compartirles la experiencia de la maternidad en Kenia, África.
Entre el sol y largas caminatas, las mujeres kenianas, en sus diferentes tribus, son un modelo único de amor y compromiso; en ellas se refleja el cuidado maternal en la entrega que tienen con su familia, desde salir a buscar agua y cargar en su espalda a sus niños, hasta caminar largos trayectos para ir a misa cada domingo, solo para darles el ejemplo a sus hijos, agradecer y ofrecer sus vidas a Baba mungu (Papá Dios).
El don de la maternidad no solo está en llevar por nueve meses al hijo en el seno, sino en esa experiencia de caridad y amor por la que pasan estas mujeres, donde incluso van a los campos a piscar “estrellas” de pasto para poder sembrar “monte” para sus animales; así que, entre varias horas bajo el sol, cantos y largas pláticas, ellas se preocupan por darle lo que pueden a sus hijos; aunque algunas veces es difícil, nunca se rinden y pese al dolor del cansancio, su experiencia maternal está en el sacrificio de sus propios cuerpos.
La maternidad, compartida por Dios Padre en la imagen y semejanza con la mujer, provoca la experiencia de amor más grande, plasmada en la imagen de la Virgen María, modelo de cariño y entrega a la cual se aferran muchas mujeres africanas; también se observa en el constante rezo y ofrecimiento de misas por los hijos y por la familia, solicitadas en su mayoría por las madres, que quieren lo mejor para aquellos a quienes dieron vida.
Desde estas tierras que se han vestido de verde por las lluvias, saludo y felicito a todas las mujeres valientes que dijeron “sí” ante muchos desafíos, que representan el verdadero significado de la maternidad: el sacrificio de amor por los hijos. ¡Feliz Día de las Madres!
Que Dios y María les abracen y las sostengan, especialmente a aquellas que se encuentran en alguna necesidad. Con mucho cariño, les escribe el padre Jonathan Cruz Alcalá, MG.
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