Para vivir mejor la Semana Santa

El P. Marcos Iván Aguirre Segura, MG, desde la Misión de Mozambique, nos invita a reflexionar en el verdadero significado de la Semana Santa y a participar activamente en las actividades litúrgicas de estos días santos.

Abril 15, 2025

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Autor: P. Marcos Iván Aguirre Segura, MG



Estimados Padrinos, Madrinas, amigos y familiares, les mando un cordial saludo desde la Misión de Mozambique, deseándoles lo mejor a cada uno; en esta ocasión, les hablaré un poco de la Semana Santa o “Semana Mayor”.

¿Qué es la Semana Santa? ¿Qué significado tiene? ¿Por qué se ha perdido el valor de la Semana Santa y lo vemos como algo folclórico? ¿Qué podemos hacer para retomar esas enseñanzas?

La Semana Santa son las celebraciones que se realizan al finalizar la Cuaresma y que tienen un significado profundo dentro de la Iglesia Católica; estas festividades dan comienzo el Domingo de Ramos y culminan el Domingo de Resurrección, iniciando el tiempo pascual. Estos eventos son una conmemoración de los últimos días que pasó Jesús en la tierra cumpliendo la misión que Dios Padre le encomendó: el Domingo de Ramos es el día en que se celebra la entrada de Jesús a Jerusalén; el lunes, martes y miércoles son las últimas enseñanzas de Jesús y preparación para el Triduo Pascual; el Jueves Santo es la conmemoración de la Última Cena, institución del sacerdocio, la aprehensión de Jesús y negación de Pedro; el Viernes Santo recuerda la crucifixión y muerte; el Sábado Santo por la tarde, se celebra la Resurrección del Señor, dando inicio al tiempo de Pascua.



Estas celebraciones tienen como propósito recordar la muerte y Resurrección de Jesucristo. Se trata de un periodo simbólico para referirnos a los últimos días de su vida, muerte en la cruz y su posterior Resurrección.

Sin embargo, algo que acontece en nuestros tiempos es la inasistencia a estas festividades, y mucho tiene que ver con que las nuevas generaciones se las inculquen a los más pequeños y que participen en ellas; asimismo, influye la falta de promoción o catequesis por parte de quienes están al frente (sacerdotes), y de igual manera, el conformismo, el “ya no le digo nada a mi hijo(a) para evitar disgustos o problemas”.

Pero también se puede atribuir a la parte del folclor, ya que nos llama más la atención cuando se realizan actos litúrgicos a gran escala y con una sobreactuación, lo cual hace que la gente asista sin conocer el verdadero sentido, como es el caso de los viacrucis vivientes sin acompañamiento catequético o explicación alguna, y esto ocurre en varias partes del país.

Ciertamente, se refleja una constante falta de educación en la fe, dejando que la televisión, la radio y las redes sociales se hagan cargo, cambiando nuestra perspectiva de lo que verdaderamente es la Semana Santa; a muchos les han hecho creer que es mejor irse a pasear a la playa y dejar de lado o en un segundo plano los actos litúrgicos, o incluso verlos como algo “de tradiciones”, y no entendemos el verdadero significado, que es recordar la pasión, muerte y Resurrección de Jesucristo.

No quiero decir que el descanso o pasear sea malo, sino que debemos darle el lugar y el tiempo que se merece, participando de las actividades litúrgicas en donde nos encontremos, dándoles el respeto que ameritan, y retomar en nuestras manos la educación en la fe, enseñando a nuestros hijos, sobrinos y nietos la importancia de participar en estas celebraciones, que son fundamentales en nuestra fe cristiana católica; asimismo, ir enseñándoles a los más pequeños aquellas oraciones que se han estado perdiendo, como el “Ángel de mi guarda”, “Niñito Jesús que estás en el copón”, “Bendita sea tu pureza”, “Bajo tu amparo”, etcétera.

Estimados Padrinos, Madrinas, amigos y familiares, me despido deseándoles lo mejor; me encomiendo a sus oraciones y cuenten con las mías.

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