Llenando de sentido la vida

El S. Jorge Rodríguez Vega, nos comparte cómo fue descubriendo que Dios le estaba llamando a la vida sacerdotal misionera.

Octubre 21, 2024

Autor: S. Jorge Rodríguez Vega.

Saludos a todos nuestros queridos lectores. Soy Jorge Rodríguez Vega, originario de Aguascalientes. Actualmente, me encuentro concluyendo una experiencia de estudio en Filipinas para después incorporarme a la Misión de Corea del Sur.

Soy licenciado en Teología y en Pedagogía. Aproximadamente hace tres años, ingresé a Misioneros de Guadalupe (MG), pero mi primer acercamiento al Instituto fue al estudiar en la Universidad Intercontinental (UIC), en la cual estuve trabajando durante tres años en el Departamento de Pastoral.

Escribir estas líneas me llena de muchos recuerdos, ya que nunca imaginé ser misionero o ser MG. En mi vida, llegó a pasar la idea de ir al extranjero por algunos años, pero jamás pensé que sería como misionero y mucho menos, en el continente asiático.

Dios me sigue sorprendiendo cada día; creo que eso ha sido fundamental en mi camino vocacional, Él nunca se ha cansado de asombrarme, tejiendo caminos que no hubiera imaginado.

Aún recuerdo las invitaciones que me hacían a participar en los grupos de adolescentes en mi parroquia, pero que iba postergando. Y, en el primer encuentro al que asistí, Dios rápidamente se hizo presente en esa hora santa, donde me sentí abrazado por su amor.

La decisión de ser MG fue como una semilla plantada que se fue regando poco a poco con detalles que quizá podrían parecer insignificantes y que hoy van llenando de sentido mi caminar: la cercanía y presencia de sacerdotes MG ha sido fundamental, especialmente mediante la confesión y la dirección espiritual; el trabajo con jóvenes de la UIC en los cuales veía cómo Dios iba obrando en sus vidas y en la mía, y, sobre todo, en ese amor incondicional de mi familia, que me ha enseñado siempre a dar más.

Considero que la experiencia de saberme amado y llamado por Dios ha ido edificando mi historia y se ha expresado en personas concretas, como en mi familia, amigos, compañeros. Y ante esta experiencia de amor, quiero y decido responder como MG.

Mi vocación se ha ido y sigue construyendo junto con los demás. Mi camino vocacional hacia el sacerdocio inició en la Congregación de San José, donde aprendí a reconocer el amor misericordioso de Dios en mi vida, y con MG tuve la gracia de experimentar ese amor. Dios siempre me ha acompañado, de eso no tengo duda, y hoy me siento llamado al sacerdocio misionero. Me encomiendo a sus oraciones para responder siempre en el amor.

Dejemos que Dios nos siga sorprendiendo diariamente y agradezcamos esos detalles que en el futuro llenarán nuestras vidas. Pasamos por situaciones que tal vez no comprendemos, pero con la confianza de que Dios va entrelazando nuestras historias con amor. Hoy puedo decir que soy llamado a transmitir mi experiencia de su amor en otra cultura, en otro continente.

¿Has sentido el llamado de Dios? Déjate sorprender por Él y descubre tu verdadera misión. ¡Contáctanos!

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