Congruencia en el servicio de los líderes políticos

Todos los cristianos estamos llamados a trabajar por el bien común, incluidos los líderes políticos, como nos comparte el P. Francisco Gerardo Hernández Ochoa, MG, desde la Misión de Kenia.

Autor: P. Francisco Gerardo Hernández Ochoa, MG

 

Una de las prioridades fundamentales del conocimiento y participación del Evangelio en la acción misionera tiene su especial inspiración en el cumplimiento del mandato final de Jesús: “Vayan por todo el mundo y compartan la Buena Nueva, haciendo discípulos en la fe” (Mt 28, 16-20).

 

Este mensaje es, para todo cristiano, el recuerdo del compromiso misionero de proclamar la Palabra en todo ambiente y lugar, incluyendo los ámbitos del liderazgo y la política. Es entonces que la acción misionera se convierte en una prioridad. En todo el mundo, y en especial en África, se nos recomienda orar y ordenar la vida en la cosmovisión cristiana de la responsabilidad cívica y social, por lo que todo líder político está llamado a transformar su ser cristiano en la perspectiva del testimonio auténtico para obtener el bien y la verdad en Jesucristo.

 

Queridos hermanos misioneros, es ahora que debemos reflexionar no solo como individuos comprometidos con una causa, sino como potenciales líderes que pueden transformar comunidades enteras con su influencia. El liderazgo político auténtico y positivo es una fuerza poderosa que puede cambiar vidas y construir un futuro brillante para todos. En la Biblia, san Pablo nos enseña que el servicio de la autoridad y gobernanza es designado por Dios (Rom 13, 1-7) como un ministerio responsable de administrar la justicia civil.

 

Imaginemos un mundo donde los líderes no solo buscan el poder, sino que están verdaderamente comprometidos con el bienestar de su pueblo. Visualicemos líderes que escuchan de manera activa, que comprenden las necesidades de su comunidad y trabajan incansablemente para satisfacerlas. En este sentido, todo cristiano ha de participar de manera coherente y comprometida con Dios en procesos políticos integrales donde el ministerio de servicio permita llegar a soluciones claras y firmes en el bien común, el cuidado de la casa común y la renovación espiritual de todos sus miembros.

 

El liderazgo político auténtico se basa en la integridad, la honestidad y la empatía. No se trata solo de tomar decisiones, sino de tomar las correctas, aquellas que beneficien a la mayoría y protejan los derechos de todos los ciudadanos. Recordemos de igual forma a san Pablo cuando nos invita: “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos” (Ga 6, 10) y también, “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Ef 2, 10).

 

 

Recordemos que, en el desarrollo fundamental de las actitudes de los líderes políticos auténticos, hay una serie de valores fundamentales que son esenciales para su eficacia y legitimidad. Estos valores no solo guían el comportamiento de los líderes políticos, también influyen en la forma en que son percibidos por la sociedad y en su capacidad para inspirar confianza y liderazgo: integridad, honestidad, empatía, respeto, responsabilidad, liderazgo ético, exclusividad, visión y propósito, adaptabilidad y compromiso con el bien común. Estos valores no solo son fundamentales para el éxito y la legitimidad de un líder político, sino que contribuyen a fortalecer la democracia y a promover una sociedad justa y equitativa.

 

Como ciudadanos misioneros, tenemos la responsabilidad de fomentar este tipo de liderazgo en nuestras comunidades. Debemos ser modelos a seguir, demostrando con nuestras acciones que el servicio público es un honor y un deber sagrado. Recordemos siempre que el verdadero liderazgo no se trata de dominar, sino de servir. Debemos estar dispuestos a sacrificarnos por el bien común, a trabajar duro y a permanecer fieles a nuestros principios, incluso cuando enfrentamos adversidades.

 

En última instancia, mejorar y promover las virtudes auténticas de los líderes políticos requerirá un esfuerzo concertado de la sociedad en su conjunto, así como de las instituciones gubernamentales, educativas y cívicas. Cada uno de nosotros tiene el potencial de ser un líder positivo y transformador.

 

Aprovechemos esta oportunidad para inspirar a otros, para construir puentes en lugar de barreras, y para crear un futuro donde reine la justicia, la igualdad y la paz.

 

Sigamos adelante con determinación y esperanza, sabiendo que nuestras acciones pueden marcar la diferencia. Juntos podemos construir un mundo mejor para todos. ¡Adelante, misioneros! El mundo espera su liderazgo.

 

¡Unidos por África!

 

Colabore con nuestras Misiones con uno, dos o tres regalos especiales.

 

Consulte a su Promotor misionero o llame a la Línea Misionera 800 00 58 100, de lunes a viernes, de 8:30 a 18:00 horas, tiempo del centro de México.