Líderes políticos

La política no está reservada solo para los líderes, todos somos responsables del bien común, como reflexiona el P. Griseldo Arroyo Pacheco, MG, desde la Misión de Corea del Sur.

Autor: P. Griseldo Arroyo Pacheco, MG

 

En este mes, el Papa Francisco nos pide que tengamos presente en nuestras intenciones de oración a nuestros líderes políticos para que trabajen por la paz y prosperidad de sus pueblos. También, es una invitación para que nosotros (pueblo de Dios), oremos por la paz, ya que la buena política o el ser un buen político es aquel que está en favor de la paz.

 

Quisiera empezar diciendo que la política no solo está reservada para los gobernantes, sino que todos somos responsables de la vida de la ciudad y del bien común, y la política es buena en la medida en la que cada uno aporte al servicio de la paz.

 

Para los católicos, la política tendría que ser como una alta forma de la caridad o podría traducirse como servicio inestimable de entrega para la consecución del bien común y de la paz. Así pues, la política es, ante todo, un servicio muy contrario a la sed de ambiciones o intereses individuales; se opone a toda clase de autocracia o totalitarismo que no solo se vivió en el siglo pasado, sino que continúa en el mundo actual.

 

El ejemplo más claro de servicio lo tenemos en Jesús, que vino a servir y no a ser servido; esto mismo se los pidió a sus discípulos y lo exige a todo hombre encargado de una comunidad. Es un servicio de sacrificio, de entrega, de empeño, de constancia e inteligencia; los políticos están llamados a vivir en favor del bien común de su nación.

 

Nos dice el Papa Francisco que se necesitan dirigentes políticos que vivan con pasión su servicio, que vibren con todo su ser, que sean solidarios con el pueblo que sufre. Asimismo, señala, se requieren políticos que antepongan el bien común a sus intereses privados, que no se dejen amedrentar por los grandes poderes financieros, que sean competentes y pacientes ante problemas complejos, que estén abiertos a escuchar y departir en el diálogo democrático, que combinen la búsqueda de la justicia con la misericordia y la reconciliación.

 

 

Por último, me gustaría decir que un buen líder político tiene que amar lo que hace para realizar las cosas lo mejor posible y tener buenos resultados; debe ser generoso, pensar ante todo en el bienestar de las personas y así tener una comunidad contenta y feliz, porque de nada sirve que pienses solo en ti y para ti.

 

Quiero aprovechar este espacio para mandar un caluroso saludo a todos los Padrinos y Madrinas que, con su esfuerzo, sacrificio y oraciones, hacen posible que la obra de la evangelización se siga realizando a través de los Misioneros de Guadalupe, especialmente en este continente de Asia.

 

Que Dios, nuestro Padre misericordioso, y nuestra mamita María, la Virgen de Guadalupe, los bendiga, los proteja y recompense con la vida eterna por todo el bien que hacen en favor de la Misión.

 

¿Le gustaría contribuir con esta obra misionera? Contáctenos y apoye a llevar el Evangelio donde más se necesita. Línea Misionera 800 00 58 100, de lunes a viernes, de 8:30 a 18:00 horas, tiempo del centro.