El pasado 25 de junio de 2022, con una celebración eucarística en la Plaza de San Pedro, concluyó el Año de la Familia que había sido convocado por el Papa Francisco en 2020 con motivo del quinto aniversario de la publicación de su exhortación apostólica Amoris Laetitia.
El cierre de este año familiar se dio en el marco del X Encuentro Mundial de las Familias, celebrado en Roma, donde se dieron cita cerca de 25 mil fieles de diferentes países participantes para compartir testimonios y experiencias en torno a las familias.
En la homilía de la misa de cierre, el Papa Francisco habló a los matrimonios sobre su elección valiente de amarse y estar al servicio de los otros, al formar una familia y señaló que hoy, más que nunca, debemos defender a la familia, evitando que se contamine con los venenos del egoísmo, del individualismo, de la cultura de la indiferencia y de la cultura del descarte:
“La familia es el lugar del encuentro, del compartir, del salir de sí mismos para acoger a los otros y estar cerca de ellos. Es el primer lugar donde se aprende a amar”.
El Santo Padre también habló sobre la preocupación de los padres de que los hijos no sean capaces de orientarse ante la complejidad y en la confusión de la sociedad actual, llevándolos a ser padres ansiosos, sobreprotectores, o incluso, pierdan el deseo de traer nuevas vidas al mundo, ante lo cual, expresó, deben observar con detenimiento el modo de actuar de Dios:
“Pensad bien en esto: Dios no es ansioso ni sobreprotector; al contrario, confía en ellos y llama a cada uno al sentido de la vida y de la misión… Queridos padres, la Palabra de Dios nos muestra el camino: no preservar a los hijos de cualquier malestar y sufrimiento, sino tratar de transmitirles la pasión por la vida, de encender en ellos el deseo de que encuentren su vocación y que abracen la gran misión que Dios ha pensado para ellos”.
Así mismo, el Papa Francisco invitó a todas las familias a retomar con decisión el camino del amor familiar, compartiéndolo con todos los miembros, con los hijos, entre los esposos, haciendo hincapié en que éste no es un amor posesivo, sino siempre con libertad, recordando que la Iglesia nació de la familia de Nazaret:
“Que el Señor os ayude cada día a permanecer en la unidad, en la paz, en la alegría y también en la perseverancia en los momentos difíciles, esa perseverancia fiel que nos hace vivir mejor y que muestra a todos que Dios es amor y comunión de vida”.
Al finalizar la celebración eucarística, el Cardenal Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, recordó que con este X Encuentro Mundial concluye el Año de la Familia Amoris laetitia, cinco años después de la publicación de la exhortación apostólica, enfatizando en que este año se trató de dar un nuevo impulso a la pastoral familiar en las diócesis de todo el mundo.
De igual manera, se anunció que el próximo encuentro de las familias con el Papa Francisco será el “Jubileo de las Familias”, a celebrarse en Roma en el marco del Jubileo de 2025, mientras que en 2028 se llevará a cabo el XI Encuentro Mundial de las Familias.
Recodemos los objetivos que tuvo este año dedicado a las familias para seguir orando y trabajando en ellos desde nuestros hogares:
- Ayudar a fortalecer la fe, vivir la alegría de Dios de manera más fructífera en la vida familiar.
- Proclamar el valor del Sacramento del Matrimonio que tiene “en sí mismo una fuerza transformadora del amor humano.”
- Ampliar la acción de la pastoral familiar para incluir a todos los componentes de la familia.
- Promover entre los jóvenes la importancia de la formación en la verdad del amor y del don de sí mismos.
Oremos para que Dios llene de amor sincero y generoso a las familias, con la intercesión de Nuestra Madre, Santa María de Guadalupe.
