Curso de Espiritualidad y Pastoral (CESPA)

Desde la Amazonía, el P. Javier González Martínez, MG, nos cuenta, desde su experiencia, algunos de los desafíos del inicio del CESPA en estas tierras de Misión.
Curso de Espiritualidad

Autor: P. Javier González Martínez, MG

 

Queridos Padrinos y Madrinas, quisiera compartirles sobre el llamado Curso de Espiritualidad y Pastoral (CESPA), de los Misioneros de Guadalupe (MG). 

 

En este periodo 2022-2023, nuestros superiores han decidido iniciar una nueva experiencia misionera para este curso y lo han trasladado a la Misión de la Amazonía, que se encuentra en la región norte de Perú, cerca de la frontera con Brasil.

 

El Papa Francisco ha llamado a los cristianos del mundo a dirigir la atención a esta región que comparten varios países de Sudamérica, considerada el “pulmón” para la vida y que atraviesa por situaciones de desastre ecológico. Nuestra acción misionera, desde el frente de nuestra espiritualidad cristiana, contribuye a la salvación que Dios ofrece a todos, particularmente, a las etnias de este lugar y a su hábitat.

 

El CESPA es un periodo de formación de nuestros seminaristas que lleva al sacerdocio misionero y comprende dos áreas formativas: la espiritual y la pastoral.

 

Buscamos que nuestro acompañamiento formativo ayude a cada alumno a llenarse del Espíritu de Dios, en su ser humano, cristiano, sacerdotal, misionero y guadalupano. Y que este Espíritu los haga mejores apóstoles para la misión que Cristo comparte con MG.

 

Los retos de este trabajo son varios: crecer espiritual y pastoralmente en un ambiente

climático difícil; contar con medios de comunicación pre carios; vivir en una cultura de apego al ruido público constante y en un ambiente afectado por el narcotráfico y la corrupción; experimentar un acceso limitado a los recursos humanos necesarios para la atención formativa de nuestros alumnos, etcétera.

 

 

No obstante, agradecemos a Dios las oportunidades que se nos ofrecen: tener más  tiempos de oración y apostolado; movernos diariamente en instalaciones reducidas, pero cómodas; tener una alimentación más sana, con productos locales; entrar en contacto con muchas familias en situación de pobreza y extrema pobreza; comunicarnos en idioma común (español) aunque con acento, palabras y expresiones desconocidas; tener la posibilidad de entrar en contacto con gente de etnias originales, entre otras.

 

Rezamos en forma constante para que, por intercesión de la Santísima Virgen María, nos llenemos del Espíritu Santo, para responder a esta inédita oportunidad del CESPA que Dios nos da y, así, crecer como mejores Misioneros de Guadalupe.

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