Autor: Lic. José Manuel López Zamora, MLA en Mozambique
Queridos bienhechores, les saludo con mucha alegría y gratitud desde la Misión de Mozambique, en África.
Durante mi estadía en la Misión, en este hermoso país, Dios me ha permitido observar el gran amor que tiene para sus hijos y cómo a cada uno le da diversos dones, talentos y carismas, que, al emplearlos en el servicio de los demás, se van multiplicando.
Algo que me ha llamado la atención es la alegría y el optimismo de los mozambiqueños, y una manera muy visible en la que demuestran ese don es a través del baile y la música.
Otra situación muy impactante es cómo todos, a pesar de ser diferentes, si nos unimos y trabajamos para un mismo propósito, podemos lograr grandes cosas, no es necesario que tengamos los mismos dones, ya que, como nos dice san Pablo en su carta a los Corintios: “Hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo”.
La Iglesia precisa de esta diversidad, ya que, mientras algunos pueden ser buenos en el campo y trabajar en los cultivos que se tienen, otros tendrán el don de gentes y apoyarán en los internados; algunos tendrán el don de la enseñanza y podrán apoyar en la escuela; otros, el don de palabra y colaborar en la primera evangelización de los pueblos o en la preparación de agentes de evangelización, y así, cada uno, con su propio don, hace lo mejor que puede, no es dar solo un 30 o 40 porciento, sino todo lo que tenemos, y Dios se encarga de que esos dones den fruto y que este se dé en abundancia.
Si tú también sientes el llamado a luchar por el Reino de Dios, llevando la esperanza del Evangelio, Misioneros de Guadalupe tiene un lugar para ti. ¡Ven y lo verás! Contáctanos:
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