El laico y la Eucaristía

¿Cómo acercarnos a la Eucaristía desde el ser laical? Juan Pablo De La Rosa Miranda, exMLA, nos comparte su experiencia en la Misión de la Amazonía.
El laico y la Eucaristía

Autor: Juan Pablo De La Rosa Miranda, exMLA

 

Hola queridos Padrinos y Madrinas de Misioneros de Guadalupe, les saludo y quiero compartirles mi experiencia en la Misión de la Amazonía, que, gracias a Dios y a su generosidad, se abrió en 2022, año en que comenzamos a caminar con los pueblos de la triple frontera (Brasil, Perú y Colombia).

 

Quiero contarles un poco sobre la obra que Dios me permitió presenciar en este tiempo de Misión desde mi nombramiento, los contratiempos que pasamos antes de llegar a esta bendita tierra y el año de trabajo que realicé, siempre fortalecido en Cristo.

 

Comienzo contándoles que hace algunos años escuchaba a un sacerdote que compartía su proceso vocacional; dijo que había optado por el sacerdocio porque se había enamorado de la Eucaristía. En ese momento, no lo comprendí, pero se me quedó grabado, y en mi propio proceso, he ido despertando ese mismo amor, no en la vida sacerdotal, sino desde mi ser laical. El sacerdocio es un don maravilloso de Dios, pero también nosotros, como laicos, podemos llevar a Jesús siendo Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión.

 

En ese ministerio, Cristo me ha enamorado desde hace algunos años, y ahora, en el trabajo misionero, he podido compartir con muchos hermanos que son atraídos hacia Él, en esos ámbitos en los que intentamos llevar la luz de Cristo a los demás.

 

En la parroquia de Tasquillo, Hidalgo, estuve colaborando durante la espera de mi visa para salir a la Misión, y hoy día, he estado promoviendo, a través de la formación litúrgica, ese mismo amor y conocimiento sobre el centro de nuestra vida cristiana: la Eucaristía.

 

En este tiempo, he tenido momentos de flaqueza espiritual y anímica, pero agradezco a Dios, pues como dice san Pablo “cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Cor 12, 10), y no por mérito propio, sino gracias a que Él me fortalece, sobre todo cuando levanto mis ojos y veo a su pueblo caminando en su búsqueda: en el saludo afectuoso de las personas de las comunidades; en la sonrisa de los niños; en los jóvenes que, a pesar de sus problemas, se acercan a Dios buscando respuestas y ayuda; en el ánimo alegre y optimista de los líderes de las capillas, que agradecen la presencia del misionero.

 

Es por esas experiencias que la Misión te invita a no desfallecer, a seguir dándole un “sí” al Señor, que se ve consolidado en cada Eucaristía. Al comulgar, Cristo habita en ti y tú en Él, abrazándote amorosamente, mientras te sonríe y devuelve la esperanza, que intentamos hacer presente en este pueblo; sin embargo, nos damos cuenta de que primero debemos cambiar nosotros, y con la ayuda de Dios, juntos, como Iglesia, podremos caminar hacia la conversión de la que nos habla el Papa Francisco en Querida Amazonía.

 

Me despido, Padrinos y Madrinas, invitándolos a seguir encontrándose con Jesús Eucaristía en cada comunión, a no olvidar que Él está siempre a nuestro lado. Los tengo presentes en mis oraciones y me encomiendo a las suyas para que sigamos construyendo el Reino de Dios.

 

¿Te gustaría colaborar con las Misiones como Misionero Laico Asociado? Contáctanos y descubramos juntos el sueño que Dios tiene para ti:

 

telefono Línea Misionera 800 00 58 100

whats  722 514 8183 

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