La justicia al servicio del prójimo

¿Cómo podemos contribuir a la justicia? Andrea Ku, MLA en Mozambique, nos comparte una experiencia en la que, desde su profesión, pudo servir a quien lo necesitaba.
La justicia al servicio

Autor: Cristina Andrea Ku Caballero, MLA

 

“Él nos ha creado no como objetos, sino como personas

amadas y capaces de amar, nos ha creado a su imagen y semejanza”.

(Papa Francisco, Audiencia general del 12 de agosto de 2020).

 

Amados Padrinos y Madrinas, les saludo con mucho cariño. La afirmación del Papa Francisco representa nuestro origen como cristianos, pues dirige nuestra mirada al amor que dignifica.

 

San Agustín decía: “Dios es amor eterno: el Padre es el Amante, el Hijo es el Amado y el Espíritu Santo es el Amor que mantiene unidos a los dos”.

 

En 1977, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) señaló el 26 de junio como Día Internacional de Apoyo a las Víctimas de la Tortura. Es importante compartir que los derechos humanos existen por sí mismos, no dependen de un reconocimiento para exigirse. Desde nuestras trincheras, podemos brindar nuestra escucha a quienes por desgracia hayan vivido alguna tortura, compartirles la noticia de que Dios es donación, Dios es amor. De la escucha de la Palabra, nace la fe.

 

Soy Misionera Laica Asociada y abogada de profesión. Confirmé mi llamado misionero cuando me encontré llorando a una abuelita que fue despedida de su trabajo porque le habían dicho que ya no era útil. Al escucharla, le dije que había una instancia donde podría solicitar su indemnización legal; me extrañó ver la sorpresa que le causó saber que existía una esperanza, pues para mí era algo rutinario. Al final, la acompañé a realizar el trámite.

 

 

Días después, me llamó muy contenta para decirme que le habían pagado lo correspondiente y que agradecía mi ayuda para reclamar sus derechos. Quizá no fue un caso grave de tortura, pero sí hubo dolor en el corazón de la señora. Antes ya había ganado muchos asuntos, pero este lo recuerdo con cariño, pues me demostró que una

simple acción puede transformar la realidad de alguien y que mi profesión podía ser de ayuda a los demás. Hoy soy una abogada al servicio de Dios.

 

Si tú también sientes el llamado a luchar por el Reino de Dios, llevando la esperanza del Evangelio, Misioneros de Guadalupe tiene un lugar para ti. ¡Contáctanos!

 

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