Mujeres que ha impulsado la religión

En el marco del Día Internacional de la Mujer, recordamos a tres santas que se han destacado por su fe y amor al Señor.

Josefina Bakhita, Mónica y Teresa de Jesús han sido ejemplo de fe, esperanza y caridad, recordemos un poco sobre sus vidas.

 

Santa Josefina Bakhita

Nació en la región de Dafur, en Sudán. Fue secuestrada y esclavizada a muy temprana edad, viviendo muchos momentos dolorosos y difíciles, en los que enfocó su mente en la esperanza de una vida mejor. Al crecer, viajó a Italia con uno de sus amos, siendo liberada tiempo después. Ingresó en el Instituto de Hijas de la Caridad y se convirtió en hermana, conociendo a Jesucristo, por quien nació un amor grande al darse cuenta de que Él siempre había estado a su lado en los años en que sufrió por la esclavitud y la tortura. Pasó el resto de su vida en Schio, Italia, dedicándose al servicio al prójimo. Falleció el 8 de febrero de 1947. El 1 de octubre de 2000, el Papa san Juan Pablo II la canonizó, declarándola santa y protectora de las víctimas.

 

Créditos de imagen: Tianna Williams

 

 

Santa Mónica

 

Nacida en el 332, en Tagaste (África del Norte), santa Mónica ofreció su fe a Dios desde temprana edad, sin intenciones de formar una familia, pero fue casada por sus padres con un hombre trabajador, pero con muchos vicios y sin gusto por lo espiritual, naciendo tres hijos del fruto de aquel matrimonio. Rezó y ofreció sacrificios, con la esperanza de que su esposo se convirtiera, logrando que se bautizara con fe y amor a Dios. Sufrió el dolor de madre con su hijo mayor, Agustín, quien se negaba a llevar una vida de virtud, teniendo excesos en su día a día. Santa Mónica rezó al Señor por la conversión de su hijo. Finalmente, Dios escuchó sus peticiones, pues Agustín llegó a ser santo y en la actualidad es considerado Doctor de la Iglesia. Falleció en el año 387, después de padecer de una fiebre terrible.

 

La dedicación y ejemplo de vida de santa Mónica la han llevado a ser la santa patrona de las madres y mujeres casadas.

 

Créditos de imagen: Pablo Puchol

 

Santa Teresa de Jesús

 

Nacida en 1515 en Ávila, España. A los seis años mostraba una gran inteligencia y se dedicó a estudiar la vida de los santos. Al morir su madre, le rogó a la Virgen María que la acogiera como su hija. Poco después, entró a trabajar en la orden de san Agustín y con el ejemplo de María de Briseño, decidió ser monja. Ante la oposición de su padre, huyó de su casa para ordenarse en el Convento de la Encarnación de Ávila, donde profesó el 3 de noviembre de 1534. Sufrió desmayos, crisis de epilepsias y convulsiones, en los que tuvo visiones y revelaciones que la inspiraron a trabajar y escribir sus ideales de vida religiosa. Pidió la intercesión de san José para curarse de sus enfermedades y logró recuperarse un poco. A pesar de su condición de salud precaria, logró fundar varios conventos de las Carmelitas Descalzas de san José. En 1582, después de llegar a la ciudad de Alma de Tormes, España, su salud empeoró, falleciendo el 4 de octubre.

 

Créditos de imagen: Desconocido

 

Deseamos que tengan presentes las vidas de estas santas que perduraron en su fe al Señor, recordando que para llevar una vida de gracia es necesario leer la Palabra de Dios, imitar a Jesús, rechazar el pecado, acudir a la Eucaristía, confesarnos y comulgar, así como realizar buenas obras por los demás.

 

¿Eres joven y te gustaría comenzar tu propia aventura misionera? Contáctanos y descubre lo que Dios tiene para ti. Línea Misionera 800 00 58 100, de lunes a viernes, de 8:30 a 18:00 horas, tiempo del centro.

Comparte esta nota:

Te puede interesar

Aviso de Privacidad | Contacto: padrinosmg@misionerosdeguadalupe.org