En el rezo del Ángelus el Papa Francisco reflexionó sobre el servicio, enfatizando que el valor de una persona no depende del papel que desempeña, de su éxito, su trabajo o su dinero, sino del servicio que ha prestado a sus semejantes, pues hay más alegría en dar que en recibir.

Ángelus del Papa Francisco: la grandeza y el éxito se miden por el servicio

En punto del medio día, en la Plaza de San Pedro, desde el balcón de su estudio, el Papa Francisco se dio cita para el rezo del Ángelus dominical, donde comenzó su reflexión al Evangelio (Mc 9, 30-37), donde los discípulos de Jesús discutían sobre quién “era el más grande entre ellos”, y la respuesta, señala el Papa, es contundente y aplica en la actualidad: “si alguien quiere ser el primero que sea el último y servidor de todos” .

Con esta frase, nos dice el Papa, el Señor da un vuelco a los criterios que marcan lo que realmente cuenta:

“El valor de una persona ya no depende del papel que desempeña, del éxito que tiene, del trabajo que hace, del dinero que tiene en el banco; no, la grandeza y el éxito, a los ojos de Dios, tienen otro nivel: se miden por el servicio. No por lo que se tiene, sino por lo que se da. ¿Quieres sobresalir? Sirve.”

Seguir a Jesús implica recorrer el camino que él mismo trazó en cuanto al servicio, pero servir no sólo como un gesto de cortesía, sino con convicción y entrega, para sentir entonces la presencia de Dios: “servir a los que no tienen nada que devolvernos, los pobres, abrazando sus dificultades y necesidades con tierna compasión: ahí descubrimos que a su vez somos amados y abrazados por Dios.”

Finalmente, el Santo Padre nos invitó a que como seguidores de Jesús nos preguntemos si realmente nos interesamos por los más abandonados y si nos ponemos a su servicio, o si sólo buscamos la gratificación personal y sobresalir ante los demás: ¿Me ocupo de alguien que no puede devolverme el favor, o sólo de mis familiares y amigos?”

Pidió a Santa María que nos ayude a comprender que servir no nos disminuye, sino nos hace crecer, pues hay más alegría en dar que en recibir.

Tras el rezo del Ángelus, el Papa Francisco recordó a los afectados y víctimas de las inundaciones en el estado de Hidalgo, en México, en especial a los enfermos y familiares de los fallecidos en el hospital tras el desbordamiento del río Tula.

 

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