Cápsulas de fe: Pentecostés, fiesta del Espíritu Santo

Este domingo 5 de junio celebramos la fiesta de Pentecostés, en la que conmemoramos la venida del Espíritu Santo y pedimos que se renueve en nosotros.
Pentecostés

¿Qué es Pentecostés?

Es la fiesta de la venida del Espíritu Santo, que celebramos 50 días después de la Pascua. Esta fecha es de gran importancia, de hecho, se considera que es la segunda más importante del año litúrgico, pues con ella se da la culminación del ciclo pascual y permite establecer una relación plena entre la Resurrección de Jesús, su Ascensión y la venida del Espíritu Santo.

Este año celebramos la Ascensión de Jesús el 26 de mayo, y 10 días después, la fiesta de Pentecostés, el 5 de junio. 

 

¿Por qué se llama así?

Etimológicamente, la palabra proviene del latín Pentecoste, y ésta, a su vez, del griego πεντηκοστή, que significa “quincuagésimo”, haciendo alusión a los 50 días que transcurren desde la Pascua hasta esta fiesta. 

Sin embargo, originalmente se denominaba “fiesta de las semanas” y se celebraba siete semanas después de la fiesta de los primeros frutos (Lv 23, 15-21; Dt 16, 9). Estas siete semanas equivalen a los 50 días que señalamos. 

 

¿Qué celebramos en Pentecostés?

Para los judíos, esta fiesta se realizaba al término de la cosecha de la cebada (Ex 34, 22), por tanto, era una fecha movible, que casi siempre caía entre los meses de mayo y junio. Su sentido original era dar gracias por la cosecha; posteriormente cambió su sentido, celebrando en esta fecha la alianza con Dios y la entrega de la ley a Moisés en el monte Sinaí, 50 días después del éxodo.

Nosotros, cristianos, celebramos el cumplimiento de la promesa de Cristo a los apóstoles, en la que Dios nos enviaría al Espíritu Santo para guiarlos en su misión evangelizadora. 

En la Biblia, el libro de los Hechos de los Apóstoles (2, 1-13ss.) narra el momento en que los apóstoles reciben al Espíritu Santo, en sus dones y frutos, a través de los símbolos del viento y el fuego.

El viento hace alusión al espíritu, al aliento, y el fuego simboliza la energía transformadora del Espíritu Santo; al posarse las “lenguas de fuego” sobre cada uno de ellos, reciben esta efusión del Espíritu Santo, por eso, comienzan a hablar en otras lenguas. 

Al momento de recibir al Espíritu, la Biblia señala que predicaron a los que estaban ahí y ese día fueron bautizadas unas tres mil personas (Hechos 2, 41), por este hecho, a la fiesta de Pentecostés también se le conoce como el nacimiento de la Iglesia. 

 

¿Qué se hace en Pentecostés?

Tradicionalmente, además de la celebración de la eucaristía, en las parroquias se prepara una vigilia de Pentecostés, en la que la comunidad se reúne en un clima de alegría y fiesta para reflexionar, hacer oración e invocar que el Espíritu Santo, que recibimos desde nuestro bautismo, se renueve en nosotros y en la humanidad.  

 

¿Cuáles son los dones y frutos del Espíritu Santo?

Los dones del Espíritu Santo son 7 (número que en la Biblia simboliza plenitud o abundancia) y como su nombre lo dice, son los regalos que Dios infunde en nuestros corazones, a través de la gracia del Espíritu Santo, que recibimos en nuestro Bautismo, y se refuerzan en la Confirmación.

Estos dones sostienen nuestra vida moral y nos hacen dóciles y sensibles a la voluntad de Dios, son: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. 

Los frutos del Espíritu Santo, por su parte, son el resultado de practicar las virtudes; son 12 perfecciones que forma en nosotros: caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia y castidad.

 

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Oración para invocar al Espíritu Santo

Ven, Espíritu Santo,

llena los corazones de tus fieles,

y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Envía tu Espíritu Creador

y renueva la faz de la tierra.

Oh Dios,

que has iluminado los corazones de tus hijos

con la luz del Espíritu Santo;

haznos dóciles a sus inspiraciones

para gustar siempre el bien

y gozar de su consuelo.

Por Cristo, nuestro Señor.

Amén.

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