Ya desde tiempos antiguos se emplea el término peregrinar para referirse a un viaje hacia un santuario o lugar sagrado.
La palabra peregrinar proviene del latín peregrinatio, que significa viajar al extranjero o realizar una estancia en el extranjero, se empleaba para hacer alusión a quien era expatriado o exiliado, incluso, en el Antiguo Testamento, en la Biblia, se habla del peregrinar del pueblo de Israel a la tierra prometida.
Sin embargo, poco a poco, su uso se fue ligando a dimensiones espirituales, en lugar de materiales, dando un sentido más profundo a este viaje.
Más formalmente, en los primeros años de la Iglesia, las peregrinaciones comenzaron a realizarse hacia el año 313 y su auge se dio hacia el 325, cuando surgieron las peregrinaciones a Tierra Santa y Jerusalén para poder seguir los pasos de Jesús. Asimismo, iniciaron las peregrinaciones también a las tumbas de los mártires o santos.
Hacia el siglo XI aparecen por primera vez las indulgencias (perdón de los pecados) otorgadas por el Papa o los obispos para cualquier persona que realizase la visita a un monasterio recientemente consagrado, o quien actuara caritativamente con los pobres.
En el siglo XII se estableció que las indulgencias podrían otorgarse realizando un acto de piedad, como peregrinajes, oraciones o mortificaciones llevadas a cabo con fines de arrepentimiento.
Esto motivó a que las peregrinaciones alcanzaran su auge en los siglos XIV-XVII, logrando su más alto esplendor y participación.
En la actualidad, las peregrinaciones a diferentes santuarios alrededor del mundo, siguen siendo una práctica de religiosidad popular en la que miles de fieles hacen visible su fe y amor a Dios.
Así, las tres principales características o constantes que contiene una peregrinación son:
- Un lugar sagrado.
- Un individuo o grupo que se desplaza hacia él.
- La esperanza de alcanzar un bien concreto.
En México, por ejemplo, contamos con el segundo santuario más visitado después de la Basílica de San Pedro: la Basílica de la Virgen de Guadalupe, que recibe al año unos 40 millones de visitantes entre peregrinos y turistas.
Es tradición que cada año, antes de la celebración de la Virgen el 12 de diciembre, comiencen las peregrinaciones de todas partes del país, aunque durante todo el año también se observan peregrinos que van a visitar este santuario.
¿Qué se hace en las peregrinaciones?
El sentido de peregrinar, como dijimos, conlleva un viaje espiritual y profundo, se dice que en Europa, algunos monjes peregrinaban sin un destino fijo, pues en el trayecto iban encontrando momentos de introspección y de conexión con Dios, por tanto, el camino está cargado de un gran simbolismo espiritual.
Si bien, no hay reglas para lo que “debe” hacerse durante el peregrinar, el objetivo es compartir un caminar juntos (en espíritu de sinodalidad) hacia el encuentro con Dios, por ello, en muchas peregrinaciones, durante el trayecto, se realizan:
- Oraciones y rezos.
- Cantos y alabanzas.
- Convivencias.
Para culminar el camino, se realiza una celebración eucarística en el destino elegido de la peregrinación (templo), que por supuesto va acompañada de la escucha de la Palabra de Dios, su reflexión y la bendición final para retornar al lugar de origen.
Este sábado 1 de octubre, los invitamos a participar en nuestra peregrinación anual a la Basílica de Guadalupe con motivo del 73 aniversario de fundación de Misioneros de Guadalupe, la cita es a las 12:00 pm en la exglorieta de Peralvillo, o bien, pueden acompañarnos a través de nuestras redes sociales, siguiendo la transmisión especial en vivo que dará inicio a la 1:00 pm.
