Cápsulas de fe: Sagrado Corazón de Jesús e Inmaculado Corazón de María

Este 24 y 25 de junio celebramos al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, devociones que nos recuerdan el gran amor de Dios.
Sagrado Corazón de Jesús

¿Cuándo se celebran estas fiestas? 

La solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús se celebra el viernes siguiente al segundo domingo después de Pentecostés, es decir, este año lo celebramos el 24 de junio.

Esta devoción existe desde los primeros tiempos de la Iglesia; sin embargo, en 1675, Jesús le dijo a Santa Margarita María que quería que la fiesta del Sagrado Corazón se celebrara el viernes después de la octava del Corpus Christi. Posteriormente, en 1856, el Papa Pío IX designó la Fiesta del Sagrado Corazón con carácter de universal.

Por su parte, la fiesta del Inmaculado Corazón de María se celebra un día después del Sagrado Corazón de Jesús, es decir, el 25 de junio de 2022. Esta celebración fue establecida el 4 de mayo de 1944 por el Papa Pío XII, para obtener la paz entre las naciones por medio de la intercesión de María. 

 

¿Por qué las celebramos?

Sagrado Corazón de Jesús

Desde el cristianismo primitivo se celebra al Sagrado Corazón de Jesús; hacia el siglo XI, los cristianos a menudo meditaban sobre las Cinco Llagas de Jesús, surgiendo la devoción específica al Sagrado Corazón de esta meditación. 

Posteriormente, a finales del siglo XIII, santa Gertrudis la Grande, tuvo revelaciones sobre el Sagrado Corazón, que ayudaron a profundizar en su comprensión, sobre estos encuentros destaca la oración:

“Oh Sagrado Corazón de Jesús, fuente de vida eterna, Tu Corazón es un horno resplandeciente de Amor. Tú eres mi refugio y mi santuario. Oh mi adorable y amoroso Salvador, consume mi corazón con el fuego ardiente con el que el Tuyo está en llamas…”

En 1670, San Juan Eudes celebró la primera fiesta del Sagrado Corazón y en 1673, santa Margarita María Alacoque, monja de la Visitación francesa, tuvo sus propias revelaciones, en las que Jesús le explicó su amor por todas las personas: 

“Mi Sagrado Corazón es tan intenso en su amor por los hombres, y por ti en particular, que no pudiendo contener en él las llamas de su ardiente caridad, deben ser transmitidas por todos los medios”.

Jesús le pidió a santa Margarita que los católicos recibieran la Comunión los primeros viernes del mes y lo adoraran en la Sagrada Eucaristía, además, le pidió realizar una fiesta anual en honor a su Sagrado Corazón. 

Además, la Biblia nos revela el amor infinito de Dios, pues tanto nos amó que envió a su único Hijo y a su vez, el corazón traspasado de Jesús en la cruz revela su amor, que es el amor del Padre.

 

Inmaculado Corazón de María

Son muchas las razones por las que honramos el Inmaculado Corazón de María; en varios momentos la Biblia nos señala que: “María atesoraba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”. 

Al recordar el pasaje de la presentación de Jesús, el anciano Simeón, al reconocer al niño, profetiza a María: “una espada te atravesará el alma a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones” (Lucas 2:35). 

 (Lucas 2:51),24​ de forma similar a Lucas 2:19.25

San Gregorio Taumaturgo, padre de la Iglesia, menciona esta devoción al corazón de María en el siglo III, también lo hace Teodoto de Ancira en el siglo V y Ruperto de Deutz en el siglo XII. 

A través de los siglos Jesús y María Santísima han revelado también sus corazones a varios santos y los mensajes que ellos recibieron nos permiten adentrarnos en el misterio del amor de los corazones.

Los corazones de Jesús y de María están maravillosamente unidos en el tiempo y la eternidad desde el momento de la Encarnación. Mirando al Corazón de Cristo encontramos, inmediatamente a su lado, o mejor dicho, dentro, el Corazón de María, que late al unísono con el de su Hijo.

La Iglesia nos enseña que el modo más seguro de llegar a Jesús es por medio de María. Por eso, nos consagramos al Corazón de Jesús por medio del Corazón de María.

 

Oración de Consagración a los corazones de Jesús y María

Oh, Sagrado Corazón de Jesús,

que por amor te dejaste traspasar derramando sangre y agua,

te pedimos nos liberes, purifiques y nos concedas la gracia

de que nuestros corazones sean transformados,

de corazones de piedra a corazones de carne.

Que al contemplar el amor y sacrificio de Tu Corazón,

seamos movidos a pasar del egoísmo al amor;

del orgullo a la humildad; de la rebeldía a la mansedumbre.

Oh, Inmaculado Corazón de María,

que por tu perfecta comunión de amor con el Corazón de tu Hijo,

recibiste espiritualmente la misma espada que le traspasó Su Corazón,

te pedimos nos enseñes a alcanzar esa misma comunión de amor.

Que nuestros corazones a imitación del tuyo, Madre,

sean dóciles a la acción del Espíritu Santo,

para que así sean instrumentos de paz, luz, vida, verdad y amor.

Oh, Corazones de Jesús y de María, cuyo triunfo y reinado espiritual 

esperamos y anhelamos, pedimos nos concedan

 la gracia de (señalar la petición).

Manifiesten su Reinado en nuestros corazones a través de una vida

de santidad y virtud, para que así podamos, en estos tiempos,

cumplir la misión de ser apóstoles de Sus Dos Corazones.

Amén.

 

Sagrado Corazón de Jesús e Inmaculado Corazón de María
Sagrado Corazón de Jesús e Inmaculado Corazón de María

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