Autor: S. Kevin Adonay Mejía Pineda
El Señor nos da su Palabra para que podamos aceptarla como el testimonio que marca nuestra propia historia en la búsqueda apasionada por Él, que nos llama, con una respuesta libre y voluntaria.
Su Palabra nos consuela y motiva, haciéndonos sentir que no estamos solos, Él está a nuestro lado y saberlo, es descubrir la luz que ilumina nuestra oscuridad y nos encamina a ser verdaderamente discípulos, instrumentos de amor al estilo de Jesucristo, Buen Pastor.
Queridos Padrinos y Madrinas, les saludo esperando que las circunstancias de nuestra vida diaria sean sostenidas por la gracia de la Santísima Trinidad y la intercesión de Santa María a nuestro favor.
Soy Kevin Adonay Mejía Pineda, seminarista, originario de Honduras, me integré a Misioneros de Guadalupe (MG) en diciembre de 2021 para iniciar mi formación en la etapa configuradora hacia el sacerdocio misionero. Para mí, responder al llamado de Dios, nos marca significativamente, pues la vida está llena de experiencias, alegrías y tristezas, que se van descubriendo desde el momento en que le damos nuestro “sí” generoso. Quiero hacer muy propia una frase que dice: “La felicidad no depende de la posición, sino de la disposición”.
La misión de la evangelización conlleva, desde nuestra donación, grandes renuncias que solo podemos superar con la gracia y la sabiduría de Dios para llevar a buen término el proyecto de amor que Él inicia en nosotros desde que recibimos la primera misión en nuestro bautismo. Una de estas renuncias es dejar la patria, casa, familia y cultura; esto es lo que he experimentado al dejar mí país y venir a tierra extranjera para formarme bajo la mirada de Dios.
Para mí, es una gran alegría ser parte de las primeras vocaciones extranjeras dentro de MG. Estoy consciente de que esta respuesta tiene grandes desafíos, más en un mundo donde los resultados son instantáneos, por lo que es necesario tener conocimientos para saber evangelizar en las diferentes culturas y situaciones presentes y futuras, con verdadera actitud, al estilo de Jesucristo, Buen Pastor. Como misioneros o futuros misioneros, sabemos que debemos estar dispuestos al diálogo, a la creatividad evangélica con todas estas realidades que solo entendemos desde la vida de fe, depositando toda nuestra confianza y conocimiento en Dios, que nos impulsa a ser otro Cristo, particularmente con quienes no lo conocen e incluso con los que ya lo hacen. Jesús nos llamó a ser capaces de vivir nuestra vocación con convicción, su secreto está en querer lo que Dios hace y hacer lo que Dios quiere.
Queridos Padrinos y Madrinas, en este ambiente misionero de fe y esperanza, sabemos que esta labor misionera se realiza gracias a la Santísima Trinidad y a todo el afecto y apoyo que nos brindan; les pedimos que no nos olviden y sigan pidiendo por nuestros sacerdotes en misión y por nosotros, seminaristas, para alentar nuestra formación. En Cristo Misionero, llamados y enviados, seamos testigos.
¿Te gustaría dar tu “sí” a las Misiones? Contáctanos y descubramos el plan que Dios tiene para ti.
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