El padre José Monroy Pereyra, MG, fue llamado a la Casa del Padre

El 31 de enero de 2022, nuestro Padre Celestial llamó ante su presencia al P. José Monroy Pereyra, MG, a sus 83 años de edad y 56 de vida sacerdotal ¡Descanse en paz nuestro hermano misionero!
Padre José Monroy Pereyra, MG,

Este 31 de enero de 2022, fue llamado a la Casa del Padre el  P. José Monroy Pereyra, MG, a sus 83 años de edad y 56 de sacerdocio misionero, quien vivía la alegría del retiro en nuestra Casa San José, en Tlaquepaque, Jalisco.

 

La celebración de exequias del P. José Monroy se realizará el próximo jueves 3 de febrero y se transmitirá a través de nuestras redes sociales https://youtu.be/lL_N54VpWSU próximamente se confirmará el horario. 

 

El P. José Monroy Pereyra, MG nació el 21 de marzo de 1938 en Guadalajara, Jalisco, hijo de los señores Rafael Monroy y Luz Pereyra.

 

Estudió la primaria y secundaria en su ciudad natal. En 1953 ingresó al Seminario de Misiones Extranjeras. Realizó sus estudios de Filosofía en el Seminario Mayor de Misiones, en la Ciudad de México y concluyó sus estudios de Teología en la Facultad de la Compañía de Jesús, en México. 

 

Fue ordenado sacerdote el 15 de agosto de 1964 en la capilla del Seminario Mayor de Misiones por manos de Mons. Alonso Manuel Escalante y Escalante, cofundador de Misioneros de Guadalupe. 

 

Después de haber colaborado durante un año como ayudante en la Dirección de Promoción en Guadalajara, Jalisco, en 1965 fue enviado, por primera vez, a la Misión de Japón, donde compartió la Palabra de Dios hasta 1992. 

 

Posteriormente, de 1992 a 1997 trabajó en la atención a bienhechores en Guadalajara, Jalisco, y fue enviado nuevamente a la Misión de Japón, donde colaboró hasta 2009.

 

De 2009 a 2011 volvió a México para encargarse nuevamente de la atención a bienhechores en Guadalajara, Jalisco. 

 

En 2011 regresó a Japón, para seguir colaborando en esa Misión, donde permaneció hasta 2019. 

 

Sobre su vocación, el padre Monroy comentó que nació desde pequeño y estuvo “relacionada con la aventura y el deseo de imitar a los misioneros” de África. Después, fue invitado a los círculos vocacionales del P. José Álvarez y ahí poco a poco se fue encariñando con el sueño de ser misionero. 

 

Una de sus preocupaciones principales fue la falta de vocaciones, por lo que constantemente invitó a los jóvenes a optar por el llamado de Cristo. 

 

En la celebración de su 50 aniversario sacerdotal, el P. Monroy comentó:

 

“Oremos sin descanso para que el dueño de la mies mande los operarios que sean necesarios y la cosecha sea recolectada a su tiempo. Doy mil gracias a todos los que de algún modo me ayudaron en los momentos difíciles para perseverar hasta el día de hoy; el Señor les recompensará como Él lo sabe hacer. A ustedes, queridos bienhechores, muchísimas gracias por sus oraciones y por todo lo que hicieron para que el sueño de este misionero fuera una realidad.”

 

Damos gracias a Dios por su vida misionera de entrega y compromiso, especialmente en la Misión de Japón, y oramos para que, por sus méritos, Dios le conceda el regalo de la vida eterna. Que descanse en paz.

 

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