Autor: P. Ignacio de la Garza Evia Ugarte, MG
Son ya 60 años de nuestra llegada a Corea para ayudar en la formación de la Iglesia local. En todo este tiempo, participamos en el logro de muchos cambios, que pueden parecerse a los del bebé en su crecimiento: desde la completa dependencia de los otros, llámense papás o hermanos, compañeros o amigos, hasta su madurez.
La primera etapa de alegría aquí en Corea es la fiesta de los 100 días, porque el bebé viene creciendo con salud; pero también la celebración de los 60 años, la cual se festeja en grande porque se cumple un ciclo completo de vida, según el zodiaco chino, donde hay 12 figuras o 12 años.
Nosotros iniciamos nuestra labor misionera en Corea en 1962, el año del tigre, y a
60 años de nuestra llegada, se repite este año del zodiaco; antiguamente, no había mucha gente que llegara a esa edad o celebrara esta fecha, llamada Juangap.
Los Misioneros de Guadalupe en Corea estamos celebrando el Juangap con un año jubilar, reflexionando sobre nuestro caminar de 60 años; Dios nos ha permitido trabajar todo este tiempo, aprendiendo y compartiendo nuestra fe con mucho éxito en la pastoral parroquial, vocacional, conyugal, etcétera, así como en la construcción de parroquias, la formación de comunidades en los mercados, la pastoral hospitalaria y la promoción de la espiritualidad guadalupana a través de misas mensuales en distintas parroquias y peregrinaciones dirigidas a la Basílica.
Todo esto ha sido posible gracias al apoyo de nuestros bienhechores en México y aquí en Corea. Dios nos ha acompañado y ha sido grande con nosotros.
El número de los misioneros en estas tierras ha disminuido debido a que recibieron nombramientos para desempeñar trabajos en la patria o porque algunos otros han fallecido; sin embargo, todos han dejado una huella en la comunidad coreana, por lo que damos gracias a Dios por estos 60 años, a través de nuestra Madre, la Virgen de Guadalupe.
