María, nuestra Madre y guía

Hiram Agustín Pérez, Misionero Laico Asociado, nos comenta cómo se honra y promueve la devoción mariana en Pucallpa, Perú.
María, nuestra Madre y guía

Autor: Hiram Agustín Pérez, MLA

 

Una de las mejores sensaciones que podemos experimentar es el amor de mamá; es algo que desde pequeños tenemos la fortuna de vivir; el cariño, la protección y sobre todo el saber que alguien se preocupa por nosotros, es indescriptible y no importa en qué lugar del mundo hayamos nacido, siempre vamos a necesitar ese amor maternal.

 

En nuestra fe no es muy diferente, ya que contamos siempre con el amor y la intercesión de Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, que en cada momento nos cuida, guía nuestro caminar y nos cubre con su divino manto.

 

Hoy les voy a contar un poco sobre la devoción que vive el pueblo peruano hacia nuestra santísima Madre María, específicamente en Pucallpa, Perú, donde han tenido presencia los Misioneros de Guadalupe y estuve apoyando como misionero laico por tres años en dos parroquias distintas.

 

Desde muy niños se les comienza a inculcar el amor a la Virgen María y, con el tiempo, esa devoción y cariño van creciendo; una de las maneras en que demuestran su fe hacia nuestra Madre Santísima es por medio de las “andas de María”, que consiste en preparar una anda (mueble tipo mesa en el que se coloca alguna imagen; por lo general,  tiene asas para que entre varias personas puedan cargarla) con la imagen de la Virgen María, que se decora y arregla para visitar los hogares de los  fieles que deseen recibirla durante mayo, también conocido como el mes de María.

 

Cuando el anda visita un hogar, la familia que la recibe prepara su casa y rezan el santo rosario con la familia y personas que acompañan la imagen. Al término del rezo, la familia generalmente prepara un “compartir”, un pequeño convivio para los invitados, incluso se puede llevar música en vivo o “bombo” para danzar frente a la imagen, todo esto en honor a nuestra Madre Santísima.

 

La devoción mariana es muy grande, específicamente en las parroquias de San Francisco Javier y la Virgen del Carmen.

 

 

Gracias a su generosidad y oración, Padrinos y Madrinas, podemos poner nuestro granito de arena para la evangelización en aquellos lugares de la selva amazónica, promoviendo también la devoción hacia Santa María de Guadalupe, invitando a las familias y comunidades al rezo del santo rosario, como muestra de amor y súplica de intercesión, logrando muy buenos resultados para su unidad y fortalecimiento.

 

En este mes mariano, les invito a amar, querer y pedir su intercesión a Santa María, pues como dijo San Maximiliano Kolbe: “Nunca tengas miedo de amar demasiado a la Virgen María. Jamás podrás amarla más que a Jesús”.

 

Oro a nuestra Madre, Santa María de Guadalupe, por  cada uno de ustedes y sus familias; de igual manera, les pedimos su oración para su servidor y todos los misioneros que se encuentran lejos de la patria, para que encontremos en el amor de María ese cariño maternal a través del cual podamos sentir que siempre está con nosotros, acompañándonos en cada momento.

Dios los bendiga, Padrinos y Madrinas, les envío mis saludos, sepan que siempre están presentes en mis oraciones y caminar.

 

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