Mi compromiso con el Señor

Patricia Cortés Romero, exMLA y Promotora vocacional, nos comparte una reflexión sobre su llamado para servir a Dios en las Misiones.
MLA de misión en Perú

Autor: Patricia Cortés Romero

 

Tengo clara mi misión y responsabilidad en la Iglesia y en el mundo, mediante mi vocación como laica, que es ser instrumento de Cristo para la construcción del Reino de Dios en la tierra, obedeciendo a mi llamado apostólico desde el bautismo para la evangelización con mi propia vida y testimonio de lo que es ser cristiano.

 

En mi diario vivir, me di cuenta de la urgencia del Evangelio en el mundo: era imprescindible, y ejercer mi profesión con eficiencia no era suficiente; en ese momento, tenía algunas experiencias en mi parroquia por los apostolados, donde sentía con insistencia el llamado a vivir un compromiso mucho más pleno, pero aún había muchas cosas por enfrentar, mis miedos, renuncias y algunas dificultades externas. Sin embargo, la opción de un servicio comprometido por un periodo era tan atrayente, me llenaba de ilusión y empecé a discernir clarificando que sí era esto lo que me atraía y lo que abrazaba, me llenaba de fuego el corazón y le daba sentido a mi vida.

 

Así, buscando opciones donde se me permitiera desarrollarme desde mi ser laical, encontré a Misioneros de Guadalupe, quienes con gran generosidad y acogida me dieron la oportunidad de ingresar con los Misioneros Laicos Asociados (MLA), primero a la formación (PREMLA) y después de un acompañamiento, formación y mi discernimiento, pude, con la gracia de Dios, participar en la Misión de Perú, de 2015 a 2018.

 

Nunca me hizo más sentido el siguiente texto de Juan Pablo II, de la encíclica Christifideles laici, capítulo II, párrafo 18: Jesús continúa: “Yo soy la vid; vosotros los sarmientos” (Jn 15, 5). La comunión de los cristianos entre sí nace de su comunión con Cristo: todos somos sarmientos de la única Vid, que es Cristo. El Señor Jesús nos indica que esta comunión fraterna es el reflejo maravilloso y la misteriosa participación en la vida íntima de amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Por ella Jesús pide: “Que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado” (Jn 17, 21).

 

Me hice uno con mi hermano, viví, comí, reí, me afligí y celebré con el pueblo amazónico, y puedo decir que me sentí plena y amada porque Dios me amó en los suyos, dándome sus dones para servirle desde mi vocación laical, donde como en cualquier vocación que se elija, solo se necesita el corazón dispuesto y el valor de comprometerse.

 

¿Has sentido el llamado y quieres colaborar para llevar el Evangelio donde más se necesita? Anímate, contáctanos y descubre tu Misión:

Centro de Orientación Vocacional

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[icon name=”glyphicon socicon-phone3″ size=”md”]  Occidente 33 33 54 18 36

[icon name=”glyphicon socicon-email” size=”md”]  cov@mgpe.org

 

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