Papa Francisco: es necesario abrirnos al diálogo

El Santo Padre pronunció su mensaje y la bendición Urbi et Orbi este 25 de diciembre, invitándonos a abrirnos al diálogo con Dios y nuestros semejantes.
es necesario abrirnos al diálogo

Este 25 de diciembre del 2021, desde el Balcón central de la Basílica Vaticana, el Papa Francisco dio su mensaje y bendición Urbi et Orbi (a la Ciudad de Roma y al Mundo) con motivo de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo. En su reflexión, el Papa señaló que la Palabra se hizo hombre para dialogar con nosotros, porque Dios no quiere sólo darnos un mensaje, sino entablar una conversación, un diálogo. 

Dios, dijo el Papa, nos mostró el camino del encuentro y del diálogo al venir al mundo, primero para que pudiéramos conocerlo y después para que pudiéramos recorrer este camino con confianza y esperanza. Especialmente, en este tiempo de pandemia, reflexionó el Santo Padre, se pone a prueba nuestra capacidad de relacionarnos socialmente, se refuerza la tendencia a cerrarnos, a valernos solos, a renunciar a salir, a encontrarnos con los demás y colaborar, pero, sostuvo: “¿qué sería del mundo sin ese diálogo paciente de tantas personas generosas que han mantenido unidas a familias y a comunidades” (Carta enc. Fratelli tutti, 198).

También reflexionó sobre los problemas, crisis y contradicciones que resuenan en el mundo, que pareciera no acaban y casi pasan desapercibidos porque nos hemos habituado a la tragedia, corriendo el riesgo de no escuchar el dolor y desesperación de muchos hermanos y hermanas, e hizo referencia a pueblos que padecen, como los conflictos entre israelís y palestinos, el pueblo sirio en guerra o los libaneses en crisis económica y social, pero es aquí donde Jesús viene:

“Vino en forma humana, compartió nuestros dramas y rompió el muro de nuestra indiferencia. En el frío de la noche extiende sus pequeños brazos hacia nosotros, está necesitado de todo, pero viene a darnos todo. A Él pidámosle la fuerza de abrirnos al diálogo. En este día de fiesta le imploramos que suscite en nuestros corazones anhelos de reconciliación y de fraternidad.”

Asimismo, nos exhortó a suplicar al Niño Dios para que conceda paz y concordia a Oriente Medio y al mundo entero, así como a pedirle por las autoridades políticas para que sepan pacificar las sociedades devastadas por tensiones y conflictos.

En cuanto a nuestro continente americano, el Papa pidió a Dios que:

“prevalezcan los valores de la solidaridad, la reconciliación y la pacífica convivencia, a través del diálogo, el respeto recíproco y el reconocimiento de los derechos y los valores culturales de todos los seres humanos.”

Así mismo, pidió al Hijo de Dios que conforte a las víctimas de la violencia contra las mujeres que se difunde en este tiempo de pandemia, así como a los niños y adolescentes víctimas de intimidación y de abusos; de igual manera, oró por los ancianos que se encuentran solos y por la unidad de las familias, lugar primordial para la educación y base del tejido social.

Finalmente, nos invitó a pedir al Niño de Belén, por los prisioneros de guerra, civiles y militares, y por quienes están encarcelados por razones políticas, así como por los emigrantes, los desplazados y refugiados, y también, a ver por nuestra casa común, que también sufre por la negligencia con la que frecuentemente la tratamos.

Culminó su mensaje recordándonos que debemos aprender a escuchar a Dios, nuestro Padre, a escucharnos entre nosotros y a dialogar como hermanos y hermanas para  caminar juntos por los senderos de la paz.

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