Autor: Psic. Ana Lucía Quezada López
Hola queridos lectores, mi nombre es Ana Lucía Quezada López, psicóloga del Seminario Menor. Tengo más de 14 años trabajando para Misioneros de Guadalupe (MG); sin duda, esto no sería posible sin toda su ayuda, Padrinos y Madrinas.
Hoy quiero contarles mi experiencia de trabajo con los chicos del Centro de Orientación Vocacional (COV), que ofrece un proceso a los jóvenes para el discernimiento de su vocación. Es una gran experiencia, ya que muchos tienen inquietudes y con base en las actividades que les brinda el Instituto, van encontrando respuestas al proyecto que Dios les tiene preparado. Se les ofrece un acompañamiento espiritual, vocacional y psicológico durante seis meses, en el que van descubriendo su verdadera vocación.
Los chicos tienen un retiro con distintas actividades, como los talleres psicológicos (autoconocimiento, heridas de la infancia, proyecto de vida).
Ahí, se experimenta un ambiente que les ayuda a clarificar su rumbo. Me encanta, porque, por su edad, están llenos de energía; muchas veces, al saber que soy psicóloga, se comportan renuentes, pero, conforme avanza el curso, veo cómo van encontrando respuestas y se sorprenden de conocer más respecto de algún tema que movió su corazón.
Aquí, se viven un sinfín de emociones; considero que los ayuda a tener más certeza y a afianzar su decisión de continuar en el proceso a la vocación sacerdotal o a seguir por otro camino.
El siguiente paso es el preseminario, donde se reúnen muchachos del COV sureste, occidente y centro. Ahí, se realizan pruebas psicométricas, taller de integración y se concluye con una plática de salud mental, para que los chicos aprendan a cuidarla en todas sus áreas y se motiven a recurrir al psicólogo cuando lo crean necesario. En esta etapa, es gratificante apreciar el vínculo de confianza que juntos hemos creado y que nos beneficia para obtener mejores resultados en futuros procesos psicológicos. Ya no ven a la Psicología como algo que solo es para “los locos”, sino como una herramienta para crecer en su formación, y siento su cariño, que también es correspondido.
Sin duda, Dios pone en mí las palabras para compartir con ellos y descubrir sanamente cómo dirigir sus impulsos, crear mejores hábitos, aprender a amarse, relacionarse con los otros, mejorar su carácter y encontrar su verdadera vocación. Y todo esto va de la mano con el maravilloso trabajo que hacen los sacerdotes.
Por eso, si tú tienes la inquietud de entrar al seminario, te invito a vivir esta gran experiencia en el COV; el tiempo que se invierte es “oro molido”, pues, lo que se recibe, es algo invaluable que perdura en tu mente y corazón para toda la vida.
Espero haberles transmitido un poco de lo mucho que me apasiona trabajar para MG, los jóvenes me llenan de vida y disfruto ver su evolución. Gracias por leernos y apoyar al Instituto. Dios los bendiga a ustedes y a sus familias por ayudar sin esperar nada a cambio.
Anímate a descubrir tu misión, ¡contáctanos!
Línea Misionera 800 00 58 100, de lunes a viernes, de 8:30 a 18:00 horas
CENTRO: 55 1195 6647
SURESTE: 99 92974492
OCCIDENTE: 33 33541836
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