Sanar la sordera del corazón: Papa Francisco en el Ángelus

El Santo Padre rezó el Ángelus del XXIII Domingo del Tiempo Ordinario, en el que aconsejó sanar la sordera del corazón para tener una buena salud espiritual.

El domingo 5 de septiembre, memoria litúrgica de Santa Teresa de Calcuta, el Papa Francisco dirigió el Ángelus, asomado desde el balcón del Palacio Apostólico, frente a la Plaza de San Pedro. En su comentario al Evangelio del día (Mc 7, 31-37), llamó a pedirle a Jesús que nos ayude a sanar la sordera del corazón.

 

“Todos tenemos oídos, pero muchas veces no logramos escuchar”, afirmó el Santo Padre al reflexionar sobre la narración evangélica, que habla acerca de la curación de una persona sordomuda, y pidió, para nuestra salud espiritual, a dedicar más tiempo al Evangelio, buscando tener más espacios y momentos de silencio interior para escuchar el mensaje del Señor.

 

Necesitamos tiempo para detenernos a escuchar a quien nos habla, continuó diciendo el Papa Francisco, porque corremos el riesgo de volvernos impermeables a todo y de no dar cabida a quienes necesitan ser escuchados: niños, jóvenes y ancianos, entre otros. Así mismo, exhortó a abrir nuestros oídos interiores para estar atentos a la Palabra de Dios y a la escucha de nuestro prójimo:

 

“El renacimiento de un diálogo a menudo no viene de las palabras, sino del silencio, del no obcecarse, de volver a empezar con paciencia a escuchar a la otra persona, sus afanes, lo que lleva dentro. La curación del corazón comienza con la escucha. Escuchar. Y esto, sana el corazón. “Pero, padre hay gente aburrida que siempre dice las mismas cosas” ¡Escúchalo! Y luego cuando termine de hablar; di tu palabra, pero escucha todo”.

 

En conclusión, el Obispo de Roma aseguró que el “secreto” para nuestra salud espiritual es el siguiente: cada día un poco de silencio y de escucha, algunas palabras inútiles de menos y algunas Palabras más de Dios.

 

Por último, pidió a la Virgen María, abierta a la escucha de la Palabra, que nos ayude, cada día, a escuchar a su Hijo en el Evangelio y a nuestros hermanos con un corazón dócil, con corazón paciente y con corazón atento.

 

Al finalizar el Ángelus, celebró la beatificación de Fray Mamerto Esquiú, en Argentina, siguió llamando a la oración por el pueblo afgano y rezó por los afectados del reciente huracán en Estados Unidos.

 

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