Se llevó a cabo la misa por los Fieles Difuntos en el Seminario Mayor de Misioneros de Guadalupe

El pasado 2 de noviembre, en el  Seminario Mayor de Misiones Extranjeras, se llevó a cabo la celebración eucarística por nuestros Fieles Difuntos, en la que pedimos por todos los familiares, amigos y conocidos que fueron llamados a la casa del Padre, y por todas las intenciones que nuestros Padrinos y Madrinas, que fueron depositadas en las urnas frente al altar.  

La celebración fue presidida por el P. Alejandro Jaimes Méndez, MG, y concelebrada por el P. José Carlos Romero Rocha, MG y el P. Gilberto Escobedo Salinas, MG.

En su homilía, el P. Jaimes comenzó reflexionando sobre la frase del Evangelio: “Vengan benditos de mi Padre” (Mt 25, 31-46), señalando que la muerte es una de las realidades más difíciles de aceptar y con la pandemia hemos experimentado esto como nunca antes, pues cuando fallece un ser querido queda un vacío y la añoranza, por lo que nos es muy difícil aceptar esta ausencia, pero este día de los Fieles Difuntos nos ayuda a verla con esperanza, pues las almas de los justos están en manos del Señor. 

Además, señaló el P. Jaimes, nuestra esperanza cristiana, basada en la fe de Cristo Jesús resucitado, nos lleva a creer en que el difunto participará también de la resurrección de Jesús, pero esta esperanza tiene un condicionamiento, que es el amor:

“Estas palabras deben alentarnos mucho y darnos seguridad frente al terrible dolor de la muerte. El Señor ha dado a nuestros difuntos una vida diferente y plena.”

Esta confianza está basada en palabras como las que profesamos en el Credo: “espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro”, con las que Dios, a través de la historia, se sigue revelando y está presente en nuestras vidas. 

Por ello, dijo el P. Jaimes, tenemos la confianza de que aquel hermano o hermana goza ya de la presencia de Dios, como señala el Evangelio: “Vengan benditos de mi Padre a poseer lo que yo les he dado.”

Finalmente, el P. Jaimes nos invitó a ser, como Jesús, el rostro de esperanza, a ser don y regalo para aquel que lo necesite, así mismo, nos exhortó a tener muy presente la esperanza en la resurrección de los muertos y a examinar nuestro camino, ¿hacia dónde nos va llevando nuestra forma de actuar en la vida?: 

“Que hoy reconozcamos al Dios de la vida, de la esperanza, que nos invita a caminar y a forjar un mundo distinto, un futuro esperado en aquel que sabemos que nos ama. Que donde quiera que estemos seamos ese signo de caridad para quienes más lo necesitan.”

Nos unimos en oración en este mes por todos nuestros fieles difuntos, por los sacerdotes Misioneros de Guadalupe que han sido llamados a la casa del Padre y por todas las intenciones de nuestros Padrinos y Madrinas, para que por la misericordia de Dios y la intercesión de Santa María de Guadalupe, descansen en paz.

Este domingo 7 de noviembre se estarán realizando celebraciones eucarísticas para seguir orando por nuestros Fieles Difuntos, donde también habrá urnas con las intenciones de nuestros Padrinos y Madrinas, en las siguientes sedes: