Valentía e impulso misionero

Desde la Misión de Guatemala, la MLA, Paula Salazar García, reflexiona sobre los nuevos mártires, aquellos que han defendido su fe entre los pueblos indígenas de este país vecino.

Autor: Paula Salazar García, MLA

 

Compartir con ustedes, familia misionera, nuestras experiencias de fe, esperanza y caridad en tierras de Misión en Guatemala, en la Diócesis de Zacapa, parroquia de Jocotán, Chiquimula, en donde el proyecto de misión está encaminado a la pastoral indígena, es una alegría.

 

Como dice el Papa Francisco, recemos por los nuevos mártires, para que quienes en diversas partes del mundo arriesgan su vida por el Evangelio, contagien a la Iglesia su valentía e impulso misionero. Ser mártir es un regalo de Dios; cuando llegué a la Misión de Guatemala, el 9 de septiembre de 2023, al comenzar a estudiar su cultura y mártires, me sensibilizó mucho conocer a los 10 mártires de la Diócesis de Quiché, que camina rodeada de una nube densa de testigos de la fe (cfr. Hb 12, 1), quienes dieron su vida por haber sido fieles a la causa de Jesús, el primer mártir y testigo fidedigno (Ap 1, 5).

 

De 1960 a 1996, Guatemala vivió un conflicto armado interno, que trajo consigo graves violaciones a los derechos humanos de la sociedad; derramaron su sangre porque estaban convencidos de que no hay amor más grande que dar la vida por los demás. Los indígenas mayas fueron el principal blanco de ataque de una campaña de represión y persecución en contra de la población civil, que carecía de medios para defenderse.

 

El 23 de enero de 2020, el Papa Francisco autorizó a la Congregación de los Santos promulgar el decreto para beatificar a los tres sacerdotes y a los siete laicos catequistas indígenas asesinados por odio a la fe en el marco de la guerra civil que se gestó entre 1980 y 1981 en Quiché, Guatemala: P. José María Gran Cirera, P. Juan Alonso Fernández, P. Faustino Villanueva, Rosalío Benito, Reyes Us, Domingo del Barrio, Nicolás Castro, Tomás Ramírez, Miguel Tiú y Juan Barrera Méndez, quien entonces solo tenía 12 años. Estos 10 mártires fueron torturados y asesinados por los escuadrones de la muerte a principios de los años ochenta, pues fueron vistos como enemigos del sistema. Aun así, continuaron fieles a sus creencias y fueron asesinados por odio a la fe.

 

El beato Miguel Tiú Imul, directivo de Acción Católica y catequista, cuando comenzó a ser amenazado, decía: “Si yo muero, piensen que ustedes tienen que seguir la religión. No le tengan miedo a la muerte porque cuando uno dice la verdad, la gente dice que uno es malo. Si muero, muero como Jesús murió”. Siempre comentaba a los catequistas: “Un buen catequista tiene que fijarse y ver las necesidades de la comunidad. Dios lo quiere así”. Por su parte, el beato padre José María Gran Cirera, señalaba: “Nunca se olviden ustedes que cuando hay un gran sufrimiento, es cuando más se hace presente Dios a nuestro lado”.

 

 

Recuerdo entonces las palabras de mi misa de envío, en Ixtlán del Río, Nayarit, cuando el padre Cornelio Valdez Borrayo me dijo: “En el pueblo en el que estés, sigue el ejemplo de Cristo, conoce al pueblo de Dios al que serás enviada, sus luces y sus sombras; conociendo esa cultura, habla con tu vida sobre el mensaje del reino de Dios”. Y ahora, que conocemos a los 10 mártires de Guatemala, como dice el Papa Francisco: “hay que contagiar a la Iglesia su valentía y su impulso misionero”.

 

Padrinos y Madrinas, Dios los bendiga y multiplique su generosidad por motivarnos a continuar como misioneros en tierras extranjeras, también son nuestros mártires, que nos acompañan en la historia de la salvación por el Reino de Dios; sigamos unidos en oración.

 

Joven, ¿te gustaría compartir tu fe con quienes más la necesitan? Acércate, Dios espera tu respuesta generosa:

 

Línea Misionera 800 00 58 100, de lunes a viernes, de 8:30 a 18:00 horas

correo 722-514-8183
correo  mlavocaciones@mgpe.org
vinculo Misión de Guatemala

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