Voces misioneras con el P. J Martín Cisneros Carboneros, MG

El P. J Martín Cisneros Carboneros, MG, quien fuera recientemente Vicerrector del Seminario Menor de Misioneros de Guadalupe, en Tlaquepaque, Jalisco, nos comparte una charla sobre la formación de los jóvenes seminaristas.

¿Cuál es la importancia de la formación que se brinda a los jóvenes desde el Seminario Menor de Misioneros de Guadalupe (MG)?

 

Desde la formación inicial, trabajamos para que sea integral; esto es clave, como lo señalan los últimos documentos de la Iglesia. Desde la perspectiva del Seminario Menor, Misioneros de Guadalupe tiene una experiencia vasta, pero, además, cuenta con recursos que no se han descuidado, como la presencia del director espiritual; de eso me he convencido con la experiencia que tuvimos en Angola y después, en el Seminario Mayor, ya que, contando con buenos directores espirituales, garantizamos una excelente formación misionera.

 

Otro recurso es el apoyo de psicólogos, quienes realizan una labor muy importante en el acompañamiento, sobre todo en los primeros años de ingreso; ahí es donde identificamos tanto las fortalezas como las debilidades de los jóvenes.

 

Si un joven no se decide entre el ministerio diocesano o el misionero, ¿cuál sería la diferencia?

 

La formación es igual; sin embargo, la diferencia está en dónde queremos ejercer el ministerio. Por ejemplo, en mi caso, me formé hasta cuarto de Teología en la Diócesis de Huejutla, con los jesuitas en Tula, Hidalgo, y cuando ingresé a MG me quedó claro que renunciaba a mi familia, a mi patria e incluso a mi lengua; en MG, se trata de ir al encuentro de nuestros hermanos que no conocen a Cristo, quienes no han recibido el testimonio de la fe y que son millones en el mundo.

 

¿Qué motiva a los jóvenes a decidirse por el sacerdocio misionero?

 

En el seminario hay una actividad que llamamos los “jueves misionales”, en los que los sacerdotes, en cada Eucaristía, compartimos las experiencias que hemos tenido en la misión, lo cual es muy enriquecedor porque va ampliando la visión del ejercicio del ministerio, ya que como decía la Madre Teresa de Calcuta, nos vamos a abrir “a los más pobres entre los pobres”, es decir, a aquellos que no tienen fe y no conocen a Cristo.

 

Además, ahora en MG tenemos nuevas Misiones; un reto pendiente era dirigirnos al ambiente musulmán y ya se inició este compromiso; haciendo memoria de nuestra historia, Mons. Escalante era un gran visionario que lanzó al primer grupo de MG a Japón, un país súper desarrollado, y ahí fue donde nos probamos, hay experiencias muy bonitas de nuestros hermanos misioneros en aquel país del sol naciente.

 

 

¿Cómo se vive la formación en el Seminario Menor de MG?

 

Nuestros alumnos asisten a una preparatoria mixta, en la que comparten las mismas inquietudes con otros jóvenes; es decir, salen muy temprano del seminario a la escuela y por la tarde realizan actividades propias de nuestra formación.

 

Se dedica tiempo a la formación de las dimensiones humana, espiritual, intelectual y pastoral; en efecto, la dimensión intelectual ocupa un gran porcentaje del día, por ello se aprovechan al máximo los fines de semana para profundizar en las otras áreas.

 

¿Qué factores influyen en la actual crisis vocacional?

 

Uno muy importante es la familia. Cuando fui rector del Seminario Mayor en la Ciudad de México, en una reunión de rectores, coincidimos en que desafortunadamente, una característica de nuestro tiempo son las familias disfuncionales, esto va influyendo en la persona.

 

Otro factor es nuestra sociedad, si bien va avanzando en muchos aspectos, se deteriora en otros; por ejemplo, en México tenemos problemas como la inseguridad y el narcotráfico, y en Latinoamérica existe mucha incertidumbre del futuro a nivel político y económico.

 

Un factor en los chicos que recién ingresan es que provienen de familias con escasos recursos económicos; gracias a Dios y a nuestros Padrinos y Madrinas, tenemos los recursos para que ninguna vocación se pierda por esta cuestión.

 

 

¿Cómo ha sido para usted ser MG?

 

Ya son 41 años de sacerdocio misionero. Mi experiencia ha sido muy rica; en los primeros años colaboré en la Pastoral Vocacional; después, me enviaron a Angola, un país africano donde había guerra. Llegué a una parroquia en Catete, y luego me enviaron al Seminario de Luanda, donde estuve por 11 años, en dos periodos, en uno como ecónomo y vicerrector y en otro como rector.

 

Fueron vivencias muy reconfortantes; en el tiempo en que MG tuvo a su cargo la dirección del seminario, cerca de 22 años, se formaron alrededor de 200 sacerdotes. Es decir, fue un trabajo multiplicador, teníamos seminaristas de casi todas las diócesis y de ellos, varios de los actuales obispos fueron exalumnos formados por MG. Revisando las estadísticas, la Iglesia Católica va creciendo en África y en Asia, así que, gracias a Dios, pudimos poner nuestro granito de arena en Angola.

 

Gracias a ustedes, Padrinos y Madrinas, tenemos grandes logros, como en Angola; por ello, vale la pena su gran generosidad, es un amor que se multiplica por el bien que se hace a tantas personas. Que Dios les bendiga siempre.

 

Joven, ¿sientes que Dios te llama para colaborar en las Misiones? Anímate a responderle y descubrir que tú también puedes llevar el Evangelio donde más se necesita. ¡Contáctanos!

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