Autor: S. Carlos Maestro Villanueva
Saludos cordiales, Padrinos y Madrinas. Soy el seminarista Carlos Maestro Villanueva, originario de Jalisco. Recientemente, he sido enviado al Curso de Espiritualidad y Pastoral (CESPA) en la Misión de la Amazonía.
Quiero compartirles un poco sobre cómo ha sido mi proceso vocacional. Gran parte de mi formación en la vida católica, ejerciéndola de manera más consciente y con una fe más activa, comenzó en un grupo juvenil llamado MJVC, en el que pude descubrir la importancia de la juventud en la Iglesia y la carencia que yo presentaba en ese momento, teniendo como resultado una gran alegría al encontrarme con Cristo y María.
Al paso de tres años, descubrí la necesidad de hacer algo más que solo estar en un grupo juvenil, ya que también ejercí mi apostolado en un coro, dándome cuenta de que podía aportar más; con dudas, temor y un corazón inquieto, pero con alegría, puse mis deseos en manos de Cristo.
Decidí ingresar al seminario diocesano de Guadalajara, dejando muchas cosas que me agradaban en ese momento, como la universidad y la carrera que estudiaba. Sin duda, fue una de las decisiones más complicadas que he tomado, confiando en que Dios pondría sus planes en los míos.
Al ingresar al seminario, terminé el curso de nivelación, sin embargo, seguía la inquietud de hacer aún más, por lo que terminé la etapa diocesana y decidí ingresar en esta nueva oportunidad que me brindaba Dios: el Seminario Mexicano de Misiones Extranjeras o Misioneros de Guadalupe. Al principio, me costó trabajo aceptar la vida de misión y saber que podría estar fuera de mi país y lejos de mi hogar. Hoy, con la ayuda de sus oraciones y las de mi familia y padres formadores, estoy comenzando el CESPA en un puesto de misión llamado Pebas, en territorio peruano; es mi primera experiencia fuera del país y me siento contento, ya que responder al llamado de Dios a la vida misionera me llena de alegría plena, sabiendo que sus planes son perfectos. Ahora, Padrinos y Madrinas, me siento en oración y con su compañía; pidamos al Señor de la mies que envíe más trabajadores a sus campos.
Es así como ha sido mi caminar con Cristo y María, quienes me han acompañado en mi trayecto vocacional. Inicié en otro seminario, tuve que dejar mis estudios universitarios, pero cuando Dios llama y uno verdaderamente escucha, la recompensa es grande.
Por tanto, si eres un joven inquieto, recuerda poner atención, que Dios llama cuando menos lo esperas y Misioneros de Guadalupe puede ser la opción.
¡Acércate y descubre tu misión! Contáctanos y contribuye a llevar el Evangelio donde más se necesita:
CENTRO: 55 1195 6647
SURESTE: 99 92974492
OCCIDENTE: 33 33541836
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