Autor: S. Jesús Damián Hernández Cortaza (+)
Queridos Padrinos y Madrinas, les envío un cordial saludo y espero que Jesucristo, el enviado del Padre, siga bendiciendo a su familia. Mi nombre es Jesús Damián Hernández Cortaza(+), originario de Tabasco.
Actualmente, me encuentro en la etapa formativa del Curso de Espiritualidad y Pastoral (CESPA); una oportunidad para profundizar aún más en nuestra vida espiritual con Dios y tener la experiencia pastoral en una comunidad cristiana.
Por ello, quisiera compartirles mi experiencia pastoral en la comunidad parroquial de la Inmaculada Concepción en Pebas, Perú, en la Misión de la Amazonía.
Durante esta experiencia, me ha tocado acompañar a un grupo de monaguillos, en el que he podido experimentar el llamado que Dios les ha hecho. Se trata de un grupo de 16 integrantes, entre niños, adolescentes y jóvenes.
Algo que quisiera comentarles es que, en medio de este proceso formativo, algunos jóvenes han despertado su inquietud vocacional al sacerdocio y la vida consagrada. En ellos descubro la grandeza del llamado de Dios, puesto que este servicio les ha dado la oportunidad de acercarse más a Él y escucharlo.
Les comparto sobre el llamado de estos “chivolos”, como dirían aquí en la Amazonía, porque esta Iglesia tiene una gran necesidad de vocaciones hacia la vida laical, ordenada y consagrada. Sin duda, la cultura vocacional es uno de los grandes trabajos por realizar en esta Misión, pero es bueno saber que hay muchachos interesados en responder al llamado de Dios.
Con ayuda de los chivolos, hemos iniciado un grupo de Pastoral Vocacional para chicos y chicas, buscando acompañar a los que estén interesados en alguna vocación específica y darles un seguimiento personalizado. Lo interesante de esta pastoral es la iniciativa de los jóvenes, puesto que ellos pidieron que se formara este grupo y se han encargado de hacer la invitación a más chicos. Sin embargo, hacer conciencia de la cultura vocacional no solo es su tarea, sino de toda la Iglesia.
Queridos Padrinos y Madrinas, les hago la invitación para que seamos promotores de la cultura vocacional. La Iglesia necesita vocaciones laicales, ordenadas y consagradas. Seamos nosotros los primeros en reconocer que Dios nos llama y también seamos los primeros en responder a su llamado.
Como diría san Pablo en la carta a los Efesios 4, 1: “Yo, pues prisionero del Señor, les ruego que vivan de manera digna la vocación a la que han sido llamados”. Vivamos intensamente nuestra propia vocación y que sea el Señor quien nos ayude a responder con amor y entrega a nuestro servicio.
Esta experiencia misionera en la Iglesia de la Amazonía, me da la oportunidad de responder con alegría al llamado que Dios me hace al sacerdocio misionero. En la Iglesia amazónica, he podido experimentar una comunidad cristiana alegre, para responder y escuchar la invitación que Dios nos hace en medio de la selva.
¿Has sentido la inquietud de colaborar en las Misiones? Ven y descubre cómo puedes responder al llamado de Dios. Contáctanos:
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