la Eucaristía no es el premio de los santos, sino el Pan de los pecadores
“Jesús se hace frágil como el pan que se rompe y se desmigaja. Pero precisamente ahí radica su fuerza… Nos hace el mayor regalo mientras siente en su corazón el abismo más profundo: el discípulo que come con él, que moja su bocado en el mismo plato, lo está traicionando… Jesús reacciona ante el mal con un bien mayor… sabe que somos pecadores y que cometemos muchos errores, pero no renuncia a unir su vida a la nuestra”.
Recordando que en Italia y otros países se celebra la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el Corpus Domini, el Papa Francisco manifestó que la Eucaristía no es el premio de los santos, sino el Pan de los pecadores, porque ante Dios somos más valiosos de lo que pensamos, su misericordia no teme nuestras miserias y cura con amor aquellas fragilidades de las que no podemos sanar por nosotros mismos.
El Pontífice explicó que por esta razón la Eucaristía es una medicina eficaz contra la rigidez y cerrazón, ya que nos transforma en el amor y nos une a Jesús en su capacidad de entrega y de responder al mal con el bien.
Al finalizar, llamó a unirnos en oración por la paz en toda África, especialmente en Burkina Faso, así como por el cese a los conflictos en Tierra Santa y Myanmar. También, pidió por los niños nativos que murieron en los internados de Canadá y recordó a la beata María Laura Mainetti, de las Hijas de la Cruz, asesinada hace 21 años por tres chicas influidas por una secta satánica.
Recomendamos leer: El Papa pide aclarar el hallazgo de restos de niños indígenas en Canadá