El 22 de julio celebramos a María Magdalena, santa de la Iglesia Católica, quien estuvo con Jesús desde el momento de su conversión hasta el Santo Sepulcro. Fue la primera persona en proclamar que Jesús había resucitado. A menudo se le confunde con otras mujeres de la Biblia, como María de Betania y la prostituta sin nombre.
María Magdalena es aquella a quien Jesús liberó de siete demonios, cuenta San Lucas en el capítulo 8 de su Evangelio. De las mujeres que siguieron al Señor durante su predicación, ocupa el primer lugar. Acompañó a Cristo hacia el Calvario y estuvo a los pies de la cruz junto a la Santísima Virgen María y a San Juan.
Fue una de las discípulas más fieles, no huyó a causa del miedo, como hicieron otros discípulos, y no negó al Maestro, como hizo Pedro. Por su fidelidad, Jesús la eligió para anunciar el gozoso mensaje central de la Pascua: la Resurrección.
El título de “Apóstola de los apóstoles” le fue dado por santo Tomás de Aquino, es considerada ejemplo para toda mujer de la Iglesia y por voluntad del Papa Francisco su Memoria fue elevada al grado de Fiesta, el 22 de julio de 2016.
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